Guerra civil española en el País Vasco

España se convirtió en 1931 en República (la primera población en proclamarla fue la de Éibar, en Guipúzcoa), y muy pronto Cataluña (otra región española en la que también ha existido un movimiento regionalista fuerte) obtuvo su autogobierno.Sin embargo, los vascos tuvieron que esperar hasta ya comenzada la guerra civil española para obtener su primer Estatuto.[2]​ En otoño de 1936, 15 sacerdotes vascos habían sido ejecutados por los sublevados por incitar a la rebelión.Izquierdistas de Vizcaya y Guipúzcoa se sumaron a las fuerzas regulares que habían mantenido su fidelidad al Gobierno republicano, para la defensa del territorio bajo su jurisdicción.Los dirigentes del PNV actuaron como mediadores, convenciendo a los jefes sublevados para que se rindiesen y no luchasen hasta la muerte (hasta agosto de 1936 el Partido Nacionalista Vasco no se definió oficialmente de que lado estaba).Las calles de San Sebastián e Irún estaban dominadas por milicias socialistas y anarquistas.Las otras cinco columnas navarras ocupan el 13 de septiembre San Sebastián sin encontrar resistencia.Las tropas carlistas se reagrupan y avanzan hacia Vizcaya, llegando el 22 de septiembre al río Deva.Hasta ese momento, la lucha en Guipúzcoa ha sido llevada a cabo por las milicias revolucionarias, con muy poca intervención de las del PNV.La línea del frente se detiene justo entre la demarcación fronteriza entre Guipúzcoa y Vizcaya.En la costa la localidad vizcaína de Ondárroa esta tomada por los rebeldes mientras que a sus afueras se organiza la resistencia, Berriatúa es republicana y la línea del frente se extiende por el alto de Kalamendi, Kalamua y Akondia, dejando a Éibar en el fondo del valle del Ego defendiendo la república, donde había nacido cinco años antes.Los asesinatos en masa del 25 de septiembre en los buques prisión Altuna-Mendi y Cabo Quilates influyen negativamente en la moral nacionalista.Los dirigentes del PNV intentan contactar, sin éxito, con diplomáticos ingleses, para que Inglaterra apoye un régimen autónomo independiente.Se producen varios ataques durante el periodo invernal por toda la línea del frente, que son rechazados por los defensores republicanos.Destacan los producidos en el monte Saibi en donde la crudeza de los mismos produjo muchas bajas en ambos bandos.Mientras que por el día y con ayuda de la aviación los nacionales conquistaban la posición, esta era recuperada a las noches por los defensores republicanos.La parte leal carecía de todos los suministros imaginables, tanto en alimentos e intendencia como en munición y repuestos.Los jóvenes gudaris que participaban en el acto gritaron Estatuto no, Autonomía sí.Luis Arana Goiri abandona ese día el PNV en muestra de disconformidad, pero pidiendo a los demás militantes que no lo hiciesen.Al caer casi toda la provincia de Guipúzcoa el único tráfico posible era por barco o por vía aérea.Tan sólo un mes después, es arrestado y fusilado el subdirector del proyecto, por haber intentado contactar con los nacionales.Participan en la misma 29 batallones, apoyados por 5 compañías de Ingenieros, 25 cañones y 8 carros blindados.Franco envía refuerzos a Villareal y, el 12 de diciembre, las fuerzas atacantes se retiran, habiendo sufrido unos 1000 muertos.Esta unificación sólo se hace sobre el papel, ya que Aguirre no la acepta.[2]​ Pronto caería el indisputable Udalaitz y los Intxortas tendrían que ser abandonados.Los sublevados tenían información de sus puntos débiles, ya que Alejandro Goicoechea se había pasado a sus filas.No está claro si el resto desertó o se afiliaron a las tropas franquistas.El día 28 la presión sobre la línea de defensa era generalizada y pese a los contraataques en el monte La Cruz las cimas del Pico Ubieta y monte Artegi, sobre la carretera Mercadillo-Abellaneda, quedaron en manos de los rebeldes.Así a partir del día 23, los nacionales fueron ocupando sin resistencia Artzentales, Turtzioz, Villaverde, Karrantza y, finalmente, Lanestosa, el 24 de agosto.Durante la guerra, el bando sublevado asesinó extrajudicialmente o ejecutó a 199 personas en Álava, unas 500 en Guipúzcoa y menos de 900 en Vizcaya.
Nido de ametralladoras del Cinturón de Hierro de Bilbao, en las peñas de Santa Marina (1937).
Principales líneas de avance del ejército sublevado en el Frente Norte entre marzo y septiembre de 1937.
Agujero fruto de la bomba lanzada por los sublevados que impactó en una de las calles de Éibar y que provocó la muerte de sesenta personas.
Placa «en recuerdo de todos los que murieron en los bombardeos de Durango 25-9-1936 31-3-1937».