Todos estos instrumentos de viento y lengüeta fueron englobados dentro del término abub.
Todos tienen elementos comunes, como sección cónica y lengüeta; fueron extensamente conocidos en todas las civilizaciones antiguas mediterráneas, hasta el punto de relegar a los instrumentos derivados de la flauta a un segundo plano.
En algunas zonas, al igual que ocurre en Navarra y La Rioja, mantiene el nombre de gaita.
En cuanto a luthieres que sigan fabricando dulzainas, destacan Gaiteria Tremol en Zaragoza, fundada por Mario Gros y de corte tradicional, y Pablo Morales en Caspe que busca innovar en las formas.
En Cantabria está presente sobre todo en la zona oriental bajo la denominación de vozaina o bozaina, siendo conocida en el sur del territorio como pitu.
Inicialmente se agregaron dos llaves y posteriormente más, hasta que el constructor vallisoletano Ángel Velasco estableció el modelo castellano moderno de ocho.
Debido a la gran intensidad de sonido que produce la dulzaina, se suele utilizar el «pito castellano» para poder practicar en entornos no insonorizados.
[cita requerida] Algunos grupos, como la banda Ars Amandi, han fusionado en sus composiciones la dulzaina con otros instrumentos típicos del rock, como la guitarra eléctrica o el bajo, creando un nuevo género musical denominado "rock castellano".
Sólo a finales del siglo XIX encontramos referencias a la palabra gralla: anteriormente se hacen referencias como “lo grall de la gaita”, “dolçaina”, “grall”... Su uso es más común en las zonas de la Cataluña meridional; desde el Llobregat hacia abajo, que abarca las comarcas del Campo de Tarragona, el Panadés, Tarragonés y el Garraf.
Antes de 1980 los gralleros tenían por costumbre no enseñar a tocar la gralla; esto obedecía a que con ella solían sacarse un sobresueldo que menguaría considerablemente si aumentaba el número de sonadores.
También tienen un amplio repertorio de bailes del siglo XVIII (polcas, rigodons, americanas, valses) y bailes del siglo XX (pasodobles, fox-trot, boleros, rumbas...), así como repertorio de concierto, que incluye desde sinfonías hasta fantasías virtuosas.
En La Rioja, al igual que sucede en Navarra y otras zonas, el nombre tradicional para llamar a este instrumento es el de «gaita».
El término «dulzaina» es de incorporación reciente en la región y era prácticamente desconocido en ella hasta fechas próximas.
[13] El tipo de dulzaina o gaita más tradicional en La Rioja y más frecuentemente tocada en la misma, carece de llaves y cuenta con boquilla fabricada con caña, siendo esta idéntica por sus características a las gaitas navarras.
[13][14] En los comienzos del siglo XX, eran muchas las localidades riojanas que contaban con su propio «gaitero», el cual fabricaba este tipo de instrumentos.
Estas eran adquiridas fuera de La Rioja, en Burgos o en Soria, por ser zonas donde los constructores estaban más especializados en su elaboración.
[cita requerida] En la Región de Murcia, así como en La Mancha albaceteña y conquense, se le llama «pita».
Los oboes rústicos asimilables a la dulzaina están presentes en las tradiciones musicales de otros países como Italia, Hungría y especialmente Francia, donde son empleadas en el folclore rosellonés (gralla, idéntica a la de Cataluña), el occitano (grallon) y el bretón (bombarde).
Algunos artesanos pueden incluir anillas en determinadas partes del torneado, así como en la boca o campana.