De esa manera, un gen supresor tumoral alterado es similar a un oncogén.Cuando los genes supresores de tumores están mutados o son inactivos, las células no pueden responder normalmente a los puntos de control del ciclo celular, o son incapaces de realizar muerte celular programada si el daño del ADN es demasiado importante.Cuando los dos alelos de un gen supresor de tumores son inactivos, y hay otros cambios en la célula que la mantienen creciendo y dividiéndose, las células pueden convertirse en tumorigénicas.[2] En muchos tumores, estos genes están ausentes o inactivados, por lo que no intervienen reguladores negativos de la proliferación celular, lo que contribuye a la proliferación anormal de las células tumorales.En muchos casos, las células híbridas no eran capaces de formar tumores en animales.Por lo tanto, parecía que había genes procedentes del progenitor celular normal que suprimían el desarrollo del tumor, pero la caracterización bioquímica de genes a nivel molecular se hizo a partir del análisis de formas hereditarias poco frecuentes de cáncer en humanos.Los productos de los genes supresores de tumor inhiben la proliferación celular, por lo que su pérdida funcional da lugar a que la célula prolifere con más facilidad.Donde mejor se entiende el papel que desempeñan las numerosas alteraciones genéticas es en los carcinomas del colon.El gen Rb es inactivo en carcinomas de vejiga, mama y pulmón.A medida que la proteína se va fosforilando, libera sus elementos de unión a proteínas facilitando el inicio de la fase S en la célula; después sufre una desfosforilación progresiva durante el curso del ciclo celular, lo que hace que vuelva a bloquear el inicio de la fase S en el ciclo celular siguiente.Este es el fenómeno de mutación tumoral del segundo alelo, el silvestre.Este gen codifica la proteína p53 que es una proteína de unión al ADN y es un componente importante de la respuesta celular frente a la lesión del propio ADN.La p53 también está implicada en la inducción de la apoptosis en células que han sufrido una lesión irreparable del ADN.También hay algunos tumores malignos poco frecuentes que presentan una mayor incidencia en una minoría de pacientes con NF1.Los productos de estos genes son proteínas nucleares contenidas en el mismo complejo multiproteico.Este complejo está implicado en la respuesta celular frente a las fragmentaciones del ADN bicatenario.Aunque los síndromes de inestabilidad cromosómica son trastornos autosómicos recesivos infrecuentes, los heterocigotos para estos defectos genéticos son más habituales y parecen presentar un incremento en el riesgo de tumores malignos.Por ejemplo, la metilación del ADN es un regulador muy importante en la transcripción de los genes.En glioblastoma, la mutación del gen IDH1 causa un gran amplificación de metilación del ADN, que afecta la expresión de muchos otros genes que, finalmente, causan el cáncer.También hay ejemplos de aberraciones que afectan las histona metiltransferasas (e.g., MLL), el complejo remodelador de la cromatina SWI/SNF,[7] y varias otras proteínas que reprimen a otros genes (e.g., Polycomb).