[2] Clasificación cladista Según APWeb (2008-2016)[3] Las angiospermas (nombre científico Angiospermae, del griego: αγγειον, angíon- 'vaso, ánfora', y σπέρμα, sperma, 'semilla'; sinónimo del taxón Magnoliophyta sensu Cronquist), comúnmente llamadas plantas con flores o plantas florales, son las plantas con semilla cuyas flores tienen verticilos o espirales ordenados de sépalos, pétalos, estambres y carpelos; los carpelos encierran a los óvulos y reciben el polen en su superficie estigmática.
[nota 1] El nombre significa semilla vestida, en alusión a la presencia de frutos.
Su estructura particular y la aparición del fruto como órgano nuevo no es la única diferencia que poseen con el resto de las espermatofitas; otros caracteres morfológicos distintivos son: la reducción del gametófito femenino a solo unas pocas células, la doble fecundación (con la formación de un tejido nutritivo característico, triploide, llamado endosperma, al tiempo que se fecunda al óvulo), y un xilema y floema distintivos, más recientes que los del resto de las traqueofitas, y más eficientes en muchos aspectos (aunque el xilema parece haber evolucionado ya dentro del clado, siendo las angiospermas más primitivas similares en sus tubos xilemáticos a las gimnospermas).
Aun hoy cerca del 90 % de las plantas terrestres pertenecen a este grupo.
Así como posee muchas especies, este grupo se caracteriza por una enorme diversidad de hábitos, y por haber ocupado prácticamente todos los nichos ecológicos posibles.
La filogenia más actualizada (2015) da el siguiente cladograma (se muestran en negrita los clados principales):[7] Amborellales Nymphaeales Austrobaileyales Chloranthales Magnólidas Ceratophyllales Eudicotiledóneas Monocotiledóneas (Liliopsida) Ya en 1999, Qiu y sus colaboradores[8] publicaron en la prestigiosa revista Nature que, por los estudios moleculares del ADN, las angiospermas más antiguas (en inglés, basal angiosperms), eran, de más antigua a menos antigua: Amborellaceae, Nymphaeaceae, y un orden nuevo de 3 familias al que llamaron Austrobaileyales, que comprende a las familias Schisandraceae, Trimeniaceae y Austrobaileyaceae.
Este punto fue rechazado por un trabajo posterior en que se analizaba el genoma completo de los plástidos de varios taxones, pero el trabajo fue posteriormente severamente criticado en sus fallas metodológicas (Soltis y Soltis 2004).
Se puede decir que este fue el primer intento de convertir en taxones a los avances en filogenia.
En resumen, un árbol filogenético consensuado hasta la fecha sería así: John Ray en 1703 distinguió las angiospermas de las gimnospermas.
Las correcciones al sistema de clasificación APG III, realizadas con los trabajos que fueron publicados posteriormente al 2009, se pueden encontrar en el APWeb o Angiosperm Phylogeny Website[13] (en inglés), mantenido por uno de los miembros del APG III (P. F. Stevens).
Las primeras plantas con semilla aparecieron en el Devónico tardío, y eso llevó a la típica flora del Mesozoico dominada por gimnospermas.
Hasta la fecha de edición de este artículo, se especula que las primeras angiospermas eran pequeñas plantas adaptadas a vivir en la sombra, en lugares perturbados y probablemente también húmedos (Feild, Arens y Dawson 2003),[14] hipótesis llamada en inglés "the dark and disturbed hypotesis".
Hay que tener en cuenta que para hacer este análisis, Feild, Arens y Dawson asumieron a Chloranthaceae como una familia de angiospermas basales, y la incluyeron en su análisis, sin embargo, la ubicación de Chloranthaceae en el árbol filogenético aún no recibe consenso (Qiu et al.
[10] Aparentemente, según el registro fósil las angiospermas se originaron a latitudes bajas (cerca del ecuador), en las que ya estaban bien distribuidas hace unos 130 millones de años, y se volvieron florísticamente prominentes hace 120 millones de años.
2.- Evolución como respuesta al cambio ambiental Según esta hipótesis las angiospermas aparecieron tardíamente, pero su evolución fue rápidamente desencadenada por un cambio profundo en las condiciones ambientales, tanto fisicoquímicas como bióticas (coevolución con grupos animales por ejemplo), que en muy poco tiempo las pusieron en gran ventaja adaptativa con respecto a las gimnospermas y pteridofitas de la época.
Además, aparentemente las primeras angiospermas ya presentaban signos de ser autoincompatibles, lo cual no hubiera permitido la autofecundación.
La mayor parte de los árboles aparecidos en esta época, hoy en día tienen una distribución que es principalmente tropical o subtropical.