Fernando I de Austria

Contrajo matrimonio en 1831 con la princesa María Ana de Saboya, pero no tuvieron descendencia.

Por lo tanto, contó con la regencia secreta de un consejo por decisión del canciller Klemens von Metternich, que ejercía realmente el poder, junto al archiduque Luis y el conde Kolowart.

Fernando ha sido representado como débil de mente e incapaz de gobernar; aunque padecía epilepsia, mantuvo un diario coherente y legible y se ha dicho incluso que tenía un ingenio agudo, pero tener hasta veinte convulsiones por día restringía severamente su capacidad de gobernar con cualquier eficacia.

Es mejor recordarlo por su orden a su cocinero: cuando le dijeron que no podía tener albóndigas de albaricoque (Marillenknödel) porque los albaricoques estaban fuera de temporada, dijo: "¡Yo soy el Emperador, y quiero albóndigas!"

[2]​ No tuvo descendencia, y se sospecha que ni siquiera consumó el matrimonio.

El documento se consideraba imprescindible por partes de la nobleza austríaca debido a la enfermedad y condición mental del emperador.

Como Rey de Bohemia se le conocía en checo como “Fernando V, el Bueno” (Ferdinand Dobrotivý).

Fernando coronado Rey de Bohemia en 1836.
María Ana de Saboya (1803-1884), esposa de Fernando I de Austria, retratada por Johann Nepomuk Ender .
Fotografía de un anciano Fernando datado cerca de 1870.