Los términos «débil de mente» o «débil mental» fueron usados desde finales del siglo XIX hasta principios del XX, describiendo vagamente una serie de deficiencias mentales, incluyendo lo que ahora se considera retraso mental en sus diversos tipos y grados, y discapacidades del aprendizaje como la dislexia.
El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida.
La persona aquejada de depresión puede no vivenciar tristeza, sino pérdida de interés e incapacidad para disfrutar las actividades lúdicas habituales, así como una vivencia poco motivadora y más lenta del transcurso del tiempo.
Goddard era conocido por postular, convincentemente, que la debilidad mental era un rasgo hereditario, probablemente debido a un solo gen recesivo.
En la primera mitad del siglo XX, la debilidad mental en cualquiera de sus grados era un criterio común para la esterilización obligatoria en muchos estados de los Estados Unidos.