Everybody (canción de Madonna)

Asimismo, «Everybody» hizo que Madonna apareciera por primera vez en una revista de baile.

La artista la ha interpretado varias veces en directo; la presentó durante la gira de 1985 The Virgin Tour y, ocho años después, como la canción final de The Girlie Show World Tour (1993).

[1]​ Más tarde la llevó con Chris Blackwell, dueño de Island Records, pero se negó a contratarla.

En ese entonces se encontraba en una relación amorosa con la artista y reemplazó a Stephen Bray como el productor oficial de la canción.

[7]​ Debido al presupuesto restringido, la grabación del sencillo fue un proceso complicado, ya que Madonna no entendía las indicaciones de Kamins, quien a la vez estaba enfrentando algunos problemas al momento de dirigir y producir, lo cual causó que el lado A del sencillo, «Ain't No Big Deal» no obtuviera el éxito esperado.

En la canción la artista demostró tener una voz apropiada para el bubblegum pop que además se grabó en pista doble.

En Nueva York, se tocó la canción en la estación de radio 92 KTU, que contaba con un gran público afrodescendiente.

[8]​ Rikki Rooksby, en su libro The Complete Guide to the Music of Madonna, comentó que la canción cerraba el álbum Madonna de una manera poco interesante y calificó a la música como artificial, repetitiva y aburrida.

[10]​ En su reseña del álbum, Don Shewey de la revista Rolling Stone comentó: «Madonna [...] tiene una voz a la que cuesta un poco acostumbrarse.

Finalmente te engancha y comienzas a esperar esa pausita tonta en su voz».

[14]​ En la biografía de la cantante, J. Randy Taraborrelli dijo que la canción era una llamada rítmica a la fiesta.

[18]​ Mark Lore, del Portland Mercury, dijo que «Everybody» y «Burning Up» eran «verdaderas gemas, himnos de Nueva York que fueron tristemente eclipsados por los brillantes clásicos "Borderline" y "Holiday"».

[22]​ Jon Pareles, del New York Times, opinó que «es una canción para cantar y pasársela bien, [...] no una provocación».

[40]​ La idea era transmitirlo por todo Estados Unidos como promoción, para que el público se familiarizara con la imagen de la cantante y sus actuaciones.

Rosenblatt le ofreció a Steinberg 1000 USD para el vídeo, un presupuesto bastante bajo comparado con el de artistas como Michael Jackson y Duran Duran, quienes habían llegado a gastar cifras de hasta seis dígitos.

[40]​ Finalmente, acordaron en un presupuesto de 1500 USD,[41]​ y se asignó a Steinberg como director.

Durante la grabación, Mazar trajo a algunos de sus amigos, entre los cuales figuraba el grafitero Michael Stewart,[40]​ para que fueran el público.

[43]​ El autor Douglas Kellner, en su libro Media Culture: Cultural Studies, Identity, and Politics Between the Modern and the Postmodern, declaró que con su primer vídeo musical, Madonna ya estaba desplegando la moda, la sexualidad y la construcción de una imagen individual para presentarse como un objeto transgresor de las normas establecidas.

Después de «Into the Groove», la cantante tomó el micrófono, cantó el tema y bailó por todo el escenario.

[51]​ Esta interpretación figuró en su primer álbum de vídeo, Madonna Live: The Virgin Tour.

[56]​ En su reseña del concierto en la ciudad de Nueva York, Jon Pareles describió el número como «francamente muy divertido».

[23]​ El espectáculo en Sídney (Australia) fue grabado y la pista se incluyó en el vídeo The Girlie Show - Live Down Under.

Recuerdo la increíble sensación que tuve cuando escuché la canción en la radio por primera vez».

«Everybody» le permitió a Madonna (fotografiada en 2011) embarcarse en una carrera musical internacional
La actriz y amiga íntima de Madonna, Debi Mazar (fotografía) , participó en el vídeo musical de «Everybody», el cual sirvió para aclarar el error del público de que Madonna era afrodescendiente
Durante las tres primeras fechas del Rebel Heart Tour (2015-2016), «Everybody» formó parte de un popurrí que también incluía los temas « Dress You Up », « Into the Groove » y « Lucky Star »