La encefalitis por anticuerpos contra el receptor de NMDA es una enfermedad inflamatoria autoinmumne grave pero potencialmente reversible con tratamiento.
Se asocia con tumores, principalmente, teratomas de ovario,[3] por lo que puede considerarse un síndrome paraneoplásico.
[5] La enfermedad comienza —en aproximadamente el 70 % de los pacientes— con una fase prodrómica «pseudogripal» caracterizada por letargo, cefalea, náusea, diarrea, rinitis, mialgia y fiebre.
[2][6][8] Posteriormente, se presentan las fases «inconsciente» —el paciente llega a urgencias porque ya no obedece comandos verbales.
También existe ideación paranoica y comportamientos extraños acompañados de cambios en la personalidad.
Por otro lado, es común que el individuo sufra pérdidas de memoria a corto plazo.
[9] En jóvenes adolescentes también se han reportado estados de manía con psicosis y catatonia.
En buena parte de los casos se relaciona con una «neoplasia oculta» —regularmente teratomas benignos ocultos—.
[10] Se ha sugerido que una infección viral —por ejemplo, el virus del herpes simple es un desencadenante de la enfermedad— podría ocasionar alteraciones en la barrera hematoencefálica y permitir el paso de los anticuerpos al sistema nervioso.
Otra posibilidad es el desarrollo de anticuerpos contra el receptor NMDA en otras partes del organismo, puesto que tal receptor y sus subunidades se ubican también en otros lugares como el riñón, las células beta, el miocardio y el pulmón.
[6] Para la confirmación diagnóstica de esta enfermedad se necesitan estudios del líquido cefalorraquídeo (LCR).
[1] Otros estudios empleados para el diagnóstico son el electroencefalograma (EEG) y la tomografía por resonancia magnética.
(2015) indican que esta prueba ayuda a diferenciar entre otros tipos de encefalitis y trastornos psiquiátricos primarios.
[5] En el diagnóstico diferencial se deben considerar otras encefalitis autoinmunes o virales, como la causada por herpesvirus humano 6.
[14] Dado que las alteraciones en el comportamiento pueden obstaculizar el tratamiento, es común la sedación en los pacientes antes del recambio.
Con relación a las alteraciones del sueño que regularmente se presentan, la clonidina y las benzodiazepinas han sido «exitosas» en su tratamiento.