Idioma más antiguo

Los lingüistas convienen que no existen idiomas primitivos: ninguna lengua humana tradicional tiene una gramática rudimentaria o un vocabulario limitado que límite la capacidad del hablante de expresar ideas nuevas o discutir a cualquier nivel de profundidad.

Noam Chomsky y la lingüística generativa subsiguiente han aportado fuertes evidencias de que todos los idiomas humanos poseen una "estructura profunda en común"; esas estructuras son compartidas por todos los idiomas humanos, a pesar de sus diferencias superficiales.

A veces se ha sugerido que pudo existir una fase llamada "fase de lengua primitiva" o "pre-lenguaje" en la que los seres humanos aun cuando no hablaban una lengua natural en el sentido usual, exhibían formas comunicativas intermedias entre las habilidades de los humanos modernos y los primates sin lenguaje.

Por otra parte, todos los idiomas evolucionan conforme a procesos de cambio lingüístico.

Usualmente para familias lingüísticas claramente reconocibles, esta reconstrucción proporciona una gran cantidad de información sobre la protolengua que las originó.

Sin embargo, cuando se comparan lenguas más y más distantes entre sí la información recuperable sobre el antepasado común disminuye, al punto que se acepta que existe una cortina de tiempo, por encima de la cual no es posible extraer información.

Así, una teoría muy polémica expuesta por lingüistas comparativos, tales como Joseph Greenberg y Merritt Ruhlen, propone que todos los idiomas humanos descienden de un solo antecesor común, el lenguaje del protomundo.

Un poco después Yohanan ben Isaac Alemanno aun sostendrá que el hebreo documentado es una variación de una lengua ideal más antigua.

El historiador Heródoto escribió que el faraón egipcio Psamético I (Psamtik) intentaba descubrir el origen del idioma e hizo un experimento con dos niños.

No se sabe si la historia de Heródoto es verdad, pero por lo menos representa el interés por el origen del idioma desde la antigüedad.