Un edificio (del latín aedificĭum)[1] es una construcción dedicada a albergar distintas actividades humanas: vivienda, templo, teatro, comercio, etc.
Los edificios satisfacen varias necesidades sociales: ocupación, principalmente como refugio del clima, seguridad, espacio habitable, privacidad, para almacenar pertenencias y para vivir y trabajar cómodamente.
Desde las primeras pinturas rupestres, los edificios también se han convertido en objetos o lienzos de mucha expresión artística.
[3] Sin embargo, la palabra «estructura» se usa de manera más amplia que «edificio», incluidas las formaciones naturales y artificiales.
Dependiendo de cómo se clasifiquen, las agujas y los mástiles pueden o no estar incluidos en esta altura.
En la mayoría de los casos —aunque no siempre— los periodos estudiados corren paralelos a los de la historia del arte y existen momentos en que las ideas estéticas se superponen o se confunden.
- Arquitectónicos (culturales), - Habitacionales; Los edificios residenciales unifamiliares se denominan con mayor frecuencia casa o hogar.
Los edificios se definen como estructuras sólidas y permanentes, por lo que otras formas de vivienda como casa flotante, yurta y autocaravana son viviendas pero no edificios.
Todos los edificios tienen instalaciones, ya sean viviendas, fábricas, hospitales, etc., que en algunos casos son específicas del edificio al que sirven Cualquier edificio requiere una cierta cantidad general de infraestructura interna para funcionar, que incluye elementos como calefacción/refrigeración, energía y telecomunicaciones, agua y aguas residuales, etc.
Especialmente en edificios comerciales (como oficinas o fábricas), estos pueden ser sistemas extremadamente complejos que ocupan grandes cantidades de espacio (a veces ubicados en áreas separadas o pisos dobles/techos falsos) y constituyen una gran parte del mantenimiento regular requerido.
Hay varias otras razones detrás de los daños en edificios, como accidentes.