Anfiteatro romano

Los más grandes se componían por tres o cuatro pisos y podían tener alturas considerables, (57 metros para el anfiteatro (Coliseo de Roma).

El anfiteatro romano de Pompeya, construido hacia el año 70 a. C.,[2]​ es el más antiguo que se ha logrado conservar.

Posteriormente, el anfiteatro ya no era el único lugar donde se realizaban combates de gladiadores.

El primer anfiteatro en Roma se construyó en 29 a. C., y fue concurrido por mucho tiempo por el foro romano.

Se podía entrar a ella por puertas situadas en los extremos del eje elíptico.

La fachada del monumento se presentaba como una superposición de uno a tres niveles y un ático.

Por cien días ocurrieron espectáculos durante los cuales se asesinaron a 5 mil bestias salvajes.

Un ático con columnas corintias coronaban la construcción, atravesado por ventanas y decorado con varios escudos.

El edificio sirvió como modelo de numerosos anfiteatros construidos en el Imperio Romano.

En Occidente, donde la construcción de los monumentos se consiguió a finales del siglo I hasta la mitad del siglo III, donde se convirtió en el signo más evidente del periodo romántico, pero este periodo junto con la urbanización se experimentaron a grados diferentes y diversos aspectos.

[4]​ En cuanto a la cávea, ella toma una forma de arco y se convierte en un semicírculo.

[5]​ Éstos ahora se distinguirán en dos categorías: aquellas que servían para combates , donde las gradas inferiores están elevadas para la protección de los espectadores; y aquellas que no tienen pódium y por lo tanto la orquesta es un simple muro rectilíneo, muy semejante a un teatro griego, una vez más.

[5]​ En cuanto a la dimensión cultural, la repartición geográfica nos indica que estos complejos santuarios-teatros rurales existían principalmente en los sectores o las comunidades campesinas y estaban menos expuestas a grandes propietarios.

Las condiciones sociopolíticas ayudaban a ver que en algún momento, estas comunidades tomaban el suficiente tamaño para convertirse en villas o pequeñas ciudades, por ejemplo, (Argenton-sur-Creuse), Grand y Leuque.

También existían los acueductos que fueron especialmente construidos para acarrear el agua necesaria a la arena de combate.

Planta de un anfiteatro romano