Su denominación se debe al convento de agustinos recoletos que ocupó la zona desde 1592 a 1836, cuando fue desamortizado y demolido.
Villajos proyectó un inmueble en estilo neogótico que contaba con sótano, planta baja, dos alturas y sotabanco retranqueado generando una azotea, con un único acceso desde el paseo de Recoletos.
[6] No obstante, tan solo contados elementos son reconocibles del proyecto original pues el siguiente propietario, César Cañedo y Sierra, duque de Agüera, transformó significativamente el inmueble en 1918 para convertirlo en viviendas de alquiler.
El arquitecto elegido en esta ocasión fue José Monasterio Arrillaga, quien añadió al edificio dos plantas más y sustituyó gran parte de la ornamentación por el programa decorativo que posee en la actualidad, de corte ecléctico con reminiscencias del barroco francés.
El nuevo propietario adaptó el edificio a sus necesidades, otorgándole una nueva distribución en fecha incierta, momento en el que se cerraría el patio interior para un mejor aprovechamiento espacial y se abriría en el chaflán la actual puerta de acceso.
El edificio ocupa una superficie de 556 metros cuadrados y tiene su acceso principal en su chaflán.
El semisótano está marcado exteriormente por un zócalo de piedra granítica sobre el que discurre la planta baja, diferenciada en fachada por un revoco rústico dividido en tramos horizontales.
La cuarta planta remata el cuerpo principal del edificio mediante entablamento y cornisa de sencillos perfiles, sobre la que discurre una balaustrada de fábrica ligeramente retranqueada que delimita la azotea, interrumpida únicamente por el cuerpo torreado del chaflán.
Este pretil está dividido en secciones por machones sobre los que se ubican jarrones de fábrica.
Los miradores volados laterales, sobresalientes a partir del segundo nivel, repiten el esquema compositivo del chaflán y están coronados por sendos cuerpos ligeramente retranqueados y rematados por balaustrada de obra.
«Esta alegoría [...] corona el edificio con un bello grupo escultórico en bronce que relaciona exposición plástica y la idea de seguridad».
Destacan las bajantes de aguas pluviales embutidas en la fachada, ejecutadas en hierro y la escayola utilizada para elaborar la decoración exterior.