Consigue una beca para irse a estudiar a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde trabajó en un puesto de modelado en un taller de medallas conmemorativas y más tarde en los talleres Granda que se dedicaban a la imaginería hasta el año 1920 en que puede montar taller propio, pues ya a partir de esta fecha su éxito va en aumento y tiene encargos de retratos y de monumentos.
Fue director de la Escuela desde 1958 hasta 1963 que presenta su renuncia.
Muy influido por el escultor Victorio Macho, de gran expresividad, su escultura presenta una preocupación por formas y volúmenes.
En sus imágenes religiosas se acerca más a la escultura castellana, mientras que en sus figuras femeninas y sus maternidades, son frescas y con unos planos llenos de gracia.
Sus obras de madera tallada son exquisitas.