[1] En el año 1995, y como consecuencia de los expolios sufridos en la zona, se autoriza oficialmente la primera intervención arqueológica con carácter de urgencia otorgándose su dirección a Cecilio Barroso Ruiz.
Adicionalmente, se halló una trinchera consecuencia de la actividad minera en la zona que buscaba “mármol de aguas”, también conocido como “falsa ágata” que no es sino travertino.
La cavidad corresponde a calizas dolomíticas formando un complejo kárstico de origen Mesozóico, concretamente del Lías inferior y medio, que da lugar a tres áreas bien diferenciadas.
[3] Aquí se encuentran bloques de brecha, calizas y espeleotemas.
Esto sugiere una ocupación prolongada e intensa del sitio por parte de grupos humanos.
[5][3] Los restos de anfibios encontrados pertenecen a los géneros Discoglossus, Alytidae y Bufo donde tan solo ha sido posible determinar las especies de este último, siendo éstas B. bufo y B.
[2][3] En cuanto a los reptiles, están representados los géneros Chalcides, Timon (T. lepidus), Podarcis, Blanus (B. cinereus), Coronella, Malpolon (M. monspessulanus), Hemorrhois (H. hippocrepis) y Testudo (T.
Concretamente, T. hermanni, T. lepidus, B. cinereus, M. monspessulanus y H. hippocrepis son especies características de un ambiente mediterráneo.
Aunque en menor proporción, también se han hallado numerosos restos óseos de jabalí (S. scrofa).
La presencia de oso (Ursus arctos) y lince (Lynx pardinus) se explicaría como restos de consumo humano, al igual que sucede con el conejo (Oryctolagus cuniculus).
La industria lítica encontrada corresponde a un Achelense con ausencia de Levallois.
Debido a que el conjunto de la industria lítica corresponde al Achelense Final, lo que emplaza el yacimiento en el Pleistoceno medio, pero la cronología del yacimiento alcanza el Musteriense, propio del Pleistoceno superior, los investigadores se plantean tres posibles hipótesis que expliquen esta situación:[3] La primera de ellas postula que la Cueva del Ángel muestra una situación de transición desde el Achelense Final hacia una industria plenamente Musteriense.
Estos restos se encuadran en el Neolítico y en el Calcolítico exhibiendo claras diferencias.
Los restos neolíticos aparecen con evidencias de exposición al fuego y con marcas de corte, ambas ausentes en los restos pertenecientes al Calcolítico.