Cuestión Real

Leopoldo, que era sospechoso de simpatías autoritarias,[1]​ había asumido el mando del ejército belga al estallar la guerra.

Durante la posterior ocupación alemana, Leopoldo se mantuvo bajo arresto domiciliario en su palacio, donde fue elogiado por compartir estoicamente el sufrimiento de los belgas comunes.

[2]​[3]​ En 1950, un referéndum nacional fue organizado por un nuevo gobierno de centroderecha para decidir si Leopoldo podría regresar.

Aunque el resultado fue una victoria para los leopoldistas, produjo una fuerte división regional entre Flandes, que estaba ampliamente a favor del regreso del rey, y Bruselas y Valonia, que generalmente se opusieron.

[6]​ El primer rey belga, Leopoldo I, aceptó lo dispuesto en la Constitución, pero trató de aprovechar su ambigüedad para aumentar su poder.

Alberto, apodado el «rey caballero» (roi-chevalier o koning-ridder), se había granjeado las simpatías de la mayoría de la población por haber mandado el Ejército belga durante la Primera Guerra Mundial (1914-18), cuando gran parte del país estuvo ocupado por Alemania.

[13]​ Asistieron a ella cuatro ministros: Hubert Pierlot, Paul-Henri Spaak, Henri Denis y Arthur Vanderpoorten.

Se negó a abandonar Bélgica y al ejército, por entonces fundamentalmente arrinconado en Flandes.

Leopoldo fue apresado por los alemanes, que lo mantuvieron en arresto domiciliario en el Castillo Real de Laeken, cercano a Bruselas.

[15]​ Furioso con el rey por haber soslayado al Gobierno y haber pactado por su cuenta la rendición, Pierlot emitió un duro discurso en Radio París, en el que vituperó al monarca y anunció la intención de su Gobierno de continuar luchando junto a los Aliados.

[15]​ Los políticos franceses, en especial Paul Reynaud, atribuyeron a Leopoldo la adversa suerte que estaban corriendo los combates en Francia y lo tildaron de «rey felón».

[19]​ Otras figuras del entorno real, en especial el socialista autoritario Henri de Man, creían que la democracia había fracasado como sistema político y que al concluir la guerra mundial el rey encabezaría un nuevo Estado belga, regido por un sistema dictatorial.

En consecuencia, Leopoldo escribió a Adolf Hitler y trató de que este le concediese audiencia.

[23]​[25]​ La opinión pública también criticó al soberano por su falta aparente de oposición a las medidas aplicadas por los ocupantes.

No obstante, Leopoldo siguió censurando la labor del Gobierno belga en el exilio (instalado en Londres desde octubre de 1940).

El documento reavivó las diferencias entre los ministros, que se habían soslayado desde principios de año.

[32]​ La economía belga se recuperó velozmente tras la liberación y al tiempo comenzó la restauración del sistema político, tras el intermedio que supuso la ocupación alemana.

[33]​ El movimiento valón, que defendía la cultura y los intereses económicos de la zona francófona del país también reapareció.

Durante esta época hubo un importante cambio sindical: se creó el primer gran sindicato unificado, la Federación General Belga del Trabajo (FGTB-ABVV), el abril de 1945, que contaba con doscientos cuarenta y ocho mil afiliados.

Los dos partidos propugnaban la celebración de un referendo para decidir si Leopoldo regresaba o no al país; esta medida, que también defendía el propio Leopoldo, fue el principal asunto de la política belga del momento.

[42]​ Fue el primero de este tipo en la historia del país y tenía carácter consultivo, no vinculante.

Las dos opciones hicieron una intensa campaña y las votaciones transcurrieron sin incidentes graves, pese a la gran controversia que desató el asunto.

[47]​ Las elecciones dieron la mayoría absoluta al PSC-CVP en las dos cámaras legislativas[nota 5]​ y se formó un gobierno de este en solitario, cuya presidencia asumió Jean Duvieusart.

trabajadores de Valonia, Burselas y, en menor medida, Flandes, se unieron a la huelga.

[49]​ Como la crisis se agudizó, la Confederación Nacional de Presos Políticos y de Personas a su Cargo (Confédération nationale des prisonniers politiques et des ayants droit, Nationale Confederatie van Politieke Gevangenen en Rechthebbenden, CNPPA-NCPGR), organización que representaba a aquellos detenidos durante la ocupación alemana, se ofreció a mediar entre las partes, pues gozaba de prestigio en el país.

[54]​ La mayoría de los partidos consideraban a Balduino una alternativa aceptable para el trono belga.

[55]​ El asesinato conmocionó a la sociedad belga y se calcula que doscientas mil personas acudieron al entierro de Lahaut.

[58]​ Balduino informó al primer ministro Gaston Eyskens que su Gobierno no contaba con la confianza real y solicitó su cese.

[35]​ La controversia afectó asimismo a las desavenencias lingüísticas y desbarató la federalización de las instituciones belgas, que podría haber agudizado las tensiones, palmarias durante la crisis monárquica.

[61]​ En Valonia, la movilización sindical y socialista durante la huelga general permitió el resurgimiento de un movimiento valón más izquierdista.

El rey Leopoldo III en 1934
La corona belga, colocada simbólicamente sobre la Constitución en una estatua decimonónica de Leopoldo I
Fotografía moderna del Castillo de Winendaele , donde se reunieron por última vez el rey y el Gobierno belga durante la guerra, el 25 de mayo de 1940.
El Castillo Real de Laeken , donde Leopoldo quedó recluido en arresto domiciliario durante la ocupación alemana.
El príncipe Carlos, conde de Flandes, que fue nombrado regente en 1944.
La villa le Reposoir en Pregny , Suiza , que fue donde residió Leopoldo entre 1945 y 1950
Placa en Grâce-Berleur , cerca de Lieja , que recuerda a los cuatro trabajadores muertos por los disparos de la policía el 30 de julio de 1950.
El rey Balduino en 1960. Sucedió en el trono a Leopoldo en 1951.