Para capitanear este buque el agente del gobierno chileno contrató a un teniente de la Royal Navy llamado Juan Illingworth.
Este buque era en consecuencia más que un corsario propiamente tal, una embarcación de guerra perteneciente al Estado.
La corbeta al momento de la compra ya había sido recorrida, armada y pertrechada por su exdueño.
En cuanto a los artilleros de desembarco, estos quedaron bajo el mando del alférez chileno Francisco Fierro.
El primero en abordar un buque enemigo recibiría tres partes de presa y los doce siguientes, dos cada uno.
También tenía como fin político y militar apoyar en lo posible los esfuerzos patriotas que se realizaban en las costas americanas.
La presa con su rica mercancía avaluada en más de 200.000 pesos es enviada inmediatamente a Valparaíso, mientras que la corbeta prosiguió su viaje al norte.
Rehecho Illingworth del combate anterior y ya sin buques de guerra realistas en su persecución, porque su búsqueda había cesado, resolvió volver a acercarse al continente para seguir sus operaciones y dar un golpe en algún enclave terrestre que sorprendiera a los realistas.
Los realistas en tierra, totalmente sobrepasados por el enérgico ataque, rompen filas y se dispersan en completa derrota.
Dueño de la isla y dejando una guarnición en ella Illingworth se dirigió con su corbeta a la entrada del puerto de Panamá para bloquearla, ya que no contaba con los medios necesarios para intentar tomar esa poderosa posición fortificada que era defendido por el grueso del batallón Cataluña y varias unidades milicianas.
La región en la parte más costera es geográficamente accidentado, con una variedad de arrecifes y corrientes que hacen arriesgado la navegación.
La población natural en el sector costero, escaso por las condiciones del terreno, son tribus indígenas y personas de raza negra o mulatos.
Pese a las condiciones difíciles del terreno, en los sectores costeros del sur colombiano existen varias riquezas como oro, plata y otros minerales que habían generado fortuna a las autoridades y pobladores que se habían asentado en el lugar desde el periodo de la conquista.
Moviéndose ambas fuerzas durante la noche atacaron sorpresivamente la plaza fortificada a las 6 A. M. del 29 de octubre.
Después de haber tomado esta plaza Illingworth hizo nombrar nuevas autoridades que fueran afectas a la causa patriota, y luego zarpó de ese lugar para tomar otros poblados que estaban dominados por los realistas.
Para esos momentos la situación realista se había agravado enormemente en todo el sur del territorio colombiano.
Este buque sería remitido a Chile como buena presa, y para informar al gobierno de todas las operaciones que se habían emprendido hasta ese momento.
En el lugar había 6 cañones que dominaban todas las avenidas y una guarnición de 200 soldados bien pertrechados.
Los combates, las trasnoches y las fiebres producidas durante sus operaciones en la costa sur de Colombia habían mermado a sus hombres.
Santander, falto de medios militares para emprender campañas enérgicas en los territorios que aún estaban bajo dominio realista, le había manifestado su intención a Illingworth de pedir ayuda al gobierno chileno para obtener esos elementos.
Para dar un golpe definitiva a los realistas Illingworth ordenó a Desseniers que se internara con su destacamento en el real de Santa María para vencer al gobernador Valverde que era el alma de la resistencia.
Las fuerzas del capitán inglés, enardecidas por la feroz resistencia que estos hicieron en algunos lugares, llevaron a cabo varios excesos como maltratos y fusilamientos.
[cita requerida] En estas andanzas logró apresar a tres bergantines; al Nuestra Señora del Carmen, Dolores y Místico.
[9] Esta división llegó a Guayaquil el 1 de mayo y desembarcó lo que traía para esta plaza.
Lo cierto es que Vacaro no había considerado ejecutar tal plan y solo incursionaba en estas costas para batir al buque chileno.
La corbeta navegó recibiendo más viento, hinchando las velas para evitar el combate, pero la fragata española acortando la distancia le da alcance, ya a medio tiro de cañón tuvo que abrir fuego.
La fragata española no respondió hasta acortar más la distancia, entonces sostuvo un fuego a doble munición.
La acción se mantuvo sin interrupción por más de una hora, navegando hasta que la corbeta consideró que la fragata ya no podría evitar encallar en los fondos marinos de la isla Gorgona, entonces para evitar a sí misma el naufragio, la corbeta viró en redondo buscando la popa de la fragata, pero la maniobra resultó un desastre porque uno y otro buque casi se rozan, y a esa distancia tan corta, la fragata, que en ese momento tenía la artillería preparada para disparar súbitamente abre fuego, quedando estremecida por el retroceso de todos sus cañones simultáneamente.
Pero su segundo al abrigo de la noche, bajo una fuerte lluvia, consigue poner a la fuga el buque corsario.
No podría ser molestado por la Prueba u otro buque de su tamaño que rondara la costa debido al bajo fondo del río.