Antonio Vacaro

Pobre resultado para tan gran movilización, pero se consiguió que la flota británica, por primera vez en su historia, tuviera que buscar refugio en sus puertos para evitar un encuentro con la flota combinada hispano-francesa, mucho más fuerte.Estando ya declarada la guerra al Reino Unido en 1796, en un encuentro con fuerzas superiores su bergantín fue capturado, y él y su dotación transportados a la isla de Elba, donde permaneció hasta que se efectuó su canje.Fue sometido al consiguiente consejo de guerra para aclarar en qué condiciones había sido apresado y perdido su buque.En 1808 tomó parte en los combates que dieron como resultado el apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosily, primera victoria española sobre las armas napoleónicas.Poco después se le encargó que realizara un tornaviaje, con derrota al virreinato de Nueva Granada, para llevar los pliegos que comunicaban a aquella provincia el levantamiento nacional en la Península por la invasión napoleónica.Al poco tiempo se le nombró jefe del apostadero de las islas Filipinas, Manila, pero solicitó el quedarse en España, pues pensaba que en la situación en la que se encontraba la Península, con la invasión napoleónica, era más conveniente permanecer en España y prestar sus servicios en su defensa.Al terminar la guerra, recibió el mando del navío San Pablo, con el que realizó varios tornaviajes, transportando tropas para reforzar a las estacionadas en Montevideo, que estaba siendo sitiada por los insurgentes.Al advertir que tampoco podía ya recibir ayuda del exterior y por tanto alargar la defensa, sino solo aumentar las ya considerables bajas y penurias, firmó la capitulación que le había propuesto el general San Martín.