Crisis de diciembre de 2001 en Argentina

[4]​ Sucedió en el marco de una crisis mayor que se extendió entre 1998 y 2002, causada por una larga recesión que disparó una crisis humanitaria, de representatividad, social, económica, financiera y política.Durante los siguientes doce días se produjo una alta inestabilidad institucional que llevó también a la renuncia del presidente sucesor Adolfo Rodríguez Saa.Las manifestaciones en la calle continuaron durante varios meses y se organizaron mediante asambleas populares en las cuales los manifestantes debatían y tomaban decisiones con la pretensión de que se realizara una refundación política que permitiera una mayor participación de la ciudadanía y control de los representantes.Si bien dicha política económica había permitido reducir notablemente la inflación y obtener resultados económicos valorados positivamente por gran parte de la población durante los primeros años del gobierno de Carlos Menem,[8]​[9]​ a partir de 1997 comenzaron a ser cada vez más visibles sus aspectos negativos.[10]​ Pese a que las condiciones económicas internacionales habían cambiado, que muchos países habían realizado grandes devaluaciones -entre ellos Brasil, el principal socio comercial de Argentina-, y que diversas voces venían sosteniendo que era indispensable salir de la convertibilidad y retomar el manejo de la moneda "para evitar una catástrofe",[11]​ el gobierno de La Alianza había decidido mantener el régimen a toda costa.En 2019 el propio Fondo Monetario Internacional realizó una investigación interna para indagar si había actuado bien al quitarle el apoyo a la Argentina en 2001, hecho que precipitó la caída de Fernando de la Rúa.Para ello dio participación a la por entonces flamante Oficina de Evaluación Independiente, creada ese mismo año para examinar los procedimientos internos del organismo y mejorar su eficacia.En el informe, si bien se cuestionó la decisión del organismo, también responsabilizó al gobierno de la Alianza de adoptar políticas deficientes o inconsistentes en materia económica y no aceptar alternativas.Esta medida afectó principalmente a las personas con ingresos informales, entre ellos los trabajadores no registrados por las empresas que en ese momento alcanzaba el 44,8%, cifra que casi duplicaba la de 1994, cuando llegaba a 28,4%.Mientras que los pequeños comercios fueron los más afectados por los saqueos en los que la policía liberó la zona, según declararon, "para evitar muertes", los grandes hipermercados fueron protegidos por esta y no sufrieron grandes daños.Otra parte quedó en la Casa Rosada, cuya entrada en el número 50 de la Calle Balcarce ostentó una ametralladora calibre 12.70.Un gran grupo se concentró frente a la Casa Rosada exigiendo la renuncia del presidente De la Rúa y comenzando a corear una consigna que caracterizaría al movimiento: "¡que se vayan todos!".[34]​ Esta represión, que se transmitió por todos los canales de televisión y radio, e incluso por emisoras internacionales, en directo durante todo el día, generó que más grupos políticos y manifestantes ocasionales se acercaran a la Plaza.[43]​ Se presentó ante las cámaras con solo tres de sus ministros y el vocero presidencial Juan Pablo Baylac.[39]​ En su mensaje (que duró unos 11 minutos), ofreció al Partido Justicialista un gobierno de unidad, convocó a un acuerdo para reformar la Constitución y «efectuar todos las variantes políticas que sean necesarias para mejorar la situación del país».Previamente, el Canciller Adalberto Rodríguez Giavarini solicitó una hoja con membrete presidencial, donde el mandatario escribió su renuncia de puño y letra, dirigiéndose a Ramón Puerta, presidente provisional del Senado.También se comunicó con el jefe del bloque de senadores radicales, Carlos Maestro.El fotógrafo presidencial, Víctor Bugge, registró la imagen del ya expresidente acomodando sus cosas en su escritorio.[42]​ Colombo, durante las horas siguientes, se hizo cargo de «la seguridad y la administración mínima del Estado».[50]​ Once muertes sucedieron en la provincia de Buenos Aires (Diego Ávila, Víctor Enríquez, Julio Flores, Roberto Gramajo, Pablo Guías, Cristian Legembre, Damián Ramírez, Mariela Rosales, Ariel Salas, José Vega y Carlos Spinelli), diez en Santa Fe -ocho de ellos en Rosario- (Graciela Acosta, Ricardo Rodolfo Villalba, Ricardo Villalba, Walter Campos, Juan Delgado, Yanina García, Claudio "Pocho" Lepratti, Miguel Pacini, Rubén Pereyra y Sandra Ríos) siete en la Capital Federal (Carlos Almirón, Gustavo Ariel Benedetto, Diego Lamagna, Alberto Márquez, Gastón Marcelo Riva, Rubén Aredes y Jorge Cárdenas), tres en Entre Ríos (Romina Ituráin, Rosa Paniagua y José Rodríguez), tres en Córdoba (Sergio Ferreira, David Moreno y Sergio Pedernera), dos en Corrientes (Ramón Arapi y JUan Alberto Torres), una en Tucumán (Luis Fernández) y una en Río Negro (Elvira Avaca).Los más chicos, Rosa Eloísa Paniagua y David Moreno, apenas tenían 13 años.[50]​[54]​ La mayor represión se produjo en pleno centro de Buenos Aires, siendo conocida como la Masacre de Plaza de Mayo, donde fueron asesinadas cinco personas (Carlos Almirón, Gustavo Ariel Benedetto, Diego Lamagna, Alberto Márquez y Gastón Marcelo Riva), se intentó asesinar a otras cuatro (Marcelo Dorado, Martín Galli, Sergio Rubén Sanchéz y Paula Simonetti) y sufrieron lesiones otras 227.[55]​ Estos crímenes fueron investigados de manera unificada, dando origen a dos juicios.En su discurso de asunción, reiteró la promesa realizada por Rodríguez Saa, de devolver el dinero sustraído a la población, en la misma cantidad en que habían sido depositados, con la frase: “el que depositó dólares, recibirá dólares”, en la misma moneda en que éstos habían sido efectuados, así garantizaba la paz social y el fin de la controvertida Convertibilidad.[71]​ Así también otros movimientos o idearios más difusos han visto en estos hechos la evidencia de un nuevo orden social y económico, cada cual proponiendo su vía.En otro orden de consideraciones, a nivel regional esta crisis tuvo una incidencia directa en el vecino Uruguay.[74]​ Otras expresiones utilizadas con menos frecuencia en los medios de comunicación son «Diciembre Trágico»,[75]​ "Diciembre Negro",[76]​ y el "Estallido de 2001",[77]​ esta última haciendo alusión a la canción «Se viene» ("Se viene el estallido..."), del disco Libertinaje (1998), perteneciente a la banda de rock Bersuit Vergarabat, que es citada como «premonitoria» ya que su letra indicaba que se produciría un estallido social, que sucedió tres años más tarde a la salida de esa canción.[78]​ Según Fernando de la Rúa se trató de "golpe cívil" liderado por Eduardo Duhalde, opositores y algunos radicales que estaban en desacuerdo con su gobierno culpando entre otros a Raúl Alfonsín.
Fotografía oficial de Fernando de la Rúa .
El presidente De la Rúa (al frente, derecha), y el ministro de Economía Domingo Cavallo (a la izquierda), en Casa Rosada el 16 de diciembre de 2001.
Desde 1990 la actividad cartonera experimenta crecimiento continuado. Durante el periodo fueron actores sociales de cierta importancia, llegando a realizar 78 acciones directas como actor social [ 21 ]
El presidente Fernando de la Rúa declara el estado de sitio por cadena nacional la noche del 19 de diciembre de 2001.
Policía montada en la Avenida Diagonal Norte , 20 de diciembre de 2001.
De la Rúa retirando objetos de su escritorio tras presentar la renuncia.
Conferencia de prensa de Ramón Puerta.
Rodríguez Saá en el despacho presidencial.
Eduardo Duhalde , presidente interino luego de los disturbios.
Una protesta de ahorristas contra bancos durante principios de 2002. Su refrán fue: «¡Chorros chorros chorros, devuelvan los ahorros!» “Chorro” es un argentinismo que significa “ladrón”.