Masacre de la plaza de Mayo del 20 de diciembre de 2001

[5]​[6]​[7]​ Por los hechos, con distintos grados de responsabilidad, la justicia condenó a diecisiete personas, entre ellas los siguientes funcionarios y policías: Enrique Mathov, Rubén Santos, Raúl Andreozzi, Norberto Gaudiero, Carlos José López, Roberto Juárez, Gonzalo Firpo Castro, Víctor Belloni, Omar Bellante y Eugenio Figueroa.

La medida generó protestas y condicionó severamente la posibilidad de tener ingresos económicos para las personas que trabajaban en el sector informal, que en ese momento superaba el 50 % de la población económicamente activa.

[16]​ Las cinco personas asesinadas fueron Carlos Almirón, Gustavo Ariel Benedetto, Diego Lamagna, Alberto Márquez y Gastón Marcelo Riva.

Otras cuatro sufrieron tentativas frustradas de asesinato: Paula Simonetti, Martín Galli, Marcelo Dorado y Sergio Rubén Sanchéz.

[19]​ Gustavo Benedetto tenía 23 años, vivía en La Tablada y era empleado de un supermercado que había sido saqueado, razón por la cual fue a protestar.

[9]​[25]​ Diego Lamagna era un joven deportista de 27 años que realizaba acrobacias en bicicleta.

[26]​ Alberto Márquez tenía 57 años, fue baleado por la espalda en la esquina de la calle Sarmiento y la Avenida 9 de Julio, al proteger a su esposa Marta Pinedo cuando la policía empezó a disparar, salvándole la vida.

[29]​ Héctor "el Toba" García relató los hechos del siguiente modo: En el lugar en que fue asesinado Alberto Márquez fue colocada una placa y un poema como memorial, que fue quitada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Los delitos que se juzgan son cinco homicidios (Diego Lamagna, Gastón Marcelo Riva, Carlos Almirón, Alberto Márquez y Gustavo Ariel Benedetto), cuatro tentativas de homicidio (Paula Simonetti, Martín Galli, Marcelo Dorado y Sergio Rubén Sanchéz), lesiones, abuso de autoridad y vejaciones.

El entonces presidente Fernando de la Rúa habla por la cadena nacional en la noche del 19 de diciembre de 2001 y declara el estado de sitio . Inmediatamente después de finalizado el mensaje comenzó la pueblada que causó su renuncia al día siguiente.