Se le denomina crisis centroamericana a los conflictos armados, terrorismo de Estado, e intervención militar estadounidense sucedidos en la región tras el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, que apoyada por la Unión Soviética y Cuba impulsó una intensificación de la lucha revolucionaria por la implantación del socialismo en Centroamérica.
En lugar de depender únicamente de la exportación agrícola, este nuevo sistema promovió el desarrollo interno y se basó en mercados comunes regionales, capital bancario, tasas de interés, impuestos y capital creciente a expensas del trabajo y la clase campesina.
Sin embargo, Estados Unidos se opuso a la revolución nicaragüense debido a su simpatías con el comunismo y recibir apoyo armamentístico por parte de la Unión Soviética, la Cuba de Fidel Castro, la República Democrática Alemana, Bulgaria, y la Libia de Gadafi, así el país norteamericano respaldó una rebelión contrarrevolucionaria antiizquierdista conocida como los "Contras" debido a que se oponían el gobierno sandinista.
Estados Unidos apoyó al gobierno militar salvadoreño y les suministró 4 mil millones de dólares, entrenó a sus élites militares, y les proporcionó armas a lo largo de una década.
Entre 75.000 y 90.000 personas murieron durante la guerra, muchos abandonaron el país en calidad de refugiados.
[4] En Guatemala, las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) que luchan contra el gobierno se basan exclusivamente en áreas rurales, y estaban integrados por una numerosa población campesina e indígena de etnia maya.
En 1982, los grupos guerrilleros resurgidos se unieron en la Unidad Nacional Revolucionaria de Guatemala.
[6] Guatemala aun enfrenta casos de corrupción institucional y diversos problemas sociales tales como la hambruna infantil.
En los años 1980, los esfuerzos por iniciar una revolución fracasaron, ya que, más allá del periodo conocido como la Insurgencia guerrillera donde se vio una serie de secuestros y atentados organizadas por los grupos guerrilleros tales como Movimiento Popular de Liberación- Cinchonero y de otras organizaciones, no hubo una mayor escalada que llevara al país a una guerra civil.
[9] Honduras fue ocupada militarmente por los Estados Unidos y así se convirtió en la clave para la respuesta de la administración Reagan a la crisis, convirtiendo al territorio hondureño en una enorme base del ejército estadounidense para mantener el control hegemónico norteamericano en Centroamérica.
En 2009 se dio un golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya tras que este estrechara lazos con el ALBA, lo cual provocó protestas masivas en todo el territorio nacional que terminaron en muertes de varios ciudadanos hondureños.