Batallón 3-16

La unidad tuvo varios nombres; su reorganización como "Batallón de inteligencia 3-16" se le atribuye al General Gustavo Álvarez Martínez,[1]​ nombre que indicaba el servicio de la unidad a 3 unidades militares y a 16 batallones del ejército hondureño.[3]​ Al menos 19 de sus miembros se graduaron en el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad.En 1982, su nombre cambió a Dirección de Investigación Especial, comandado por el Señor Diez.Armados con subfusiles Uzis, vigilaban a sus víctimas, las secuestraban y se las llevaban en carros paila doble cabina con ventanas pintadas y placas robadas, muchas veces a plena luz del día, en presencia de varios testigos.[12]​ 10 años después, un experimentado oficial del Departamento de Estado admitió en privado el papel de los Estados Unidos en las desapariciones: "La luz verde era mata un comunista", "todos guiñaban y asentían", dijo.[8]​ El embajador de Estados Unidos en esa época, John Negroponte, se reunió en múltiples ocasiones con el General Gustavo Álvarez Martínez.Los cables liberados tampoco contienen ningún reporte a Washington sobre los abusos a derechos humanos que estuvieron ocurriendo.»[13]​ Asimismo, Negroponte afirma que no existía una política gubernamental de violación a los derechos humanos y que el nunca miró al Batallón 3-16 involucrado en actividades de escuadrones de la muerte.