Creado en el año 1968, cobró gran importancia entre 1975 y 1976 con el incremento del terrorismo de Estado en la Argentina.
[7][8] Constituyó un servicio de inteligencia militar del Ejército Argentino muy activo durante el último gobierno militar, particularmente durante la guerra de las Malvinas.
Después, el Batallón 601 realizó asistencia a terceros en Honduras y Guatemala para entrenar a los Contras nicaragüenses que, financiados por la CIA, peleaban contra los sandinistas.
[11] En 1983, tras el retorno a la democracia, Raúl Alfonsín redujo drásticamente a los miembros del 601 disolviéndolo y cesanteando a muchos de sus miembros (Sanchez Reisse, Pascual Guerrieri y otros), cambiando sus «misiones y funciones» (eliminó los agentes de calle); creando la CRIM (Central de Reunión de Inteligencia Militar), y también lo allanó porque de ahí se propalaban amenazas y conspiraciones contra su gobierno.
Los papeles presentados ante el juez federal Ariel Lijo contenían datos sobre 3952 civiles, desde profesores universitarios hasta celadores y 345 militares que trabajaron para el Batallón 601.