En ese decreto se le otorgó “carácter intangible al material testimonial, documental e informativo que integre el Archivo Nacional de la Memoria, por lo que el mismo deberá conservarse sin cambios que alteren las informaciones, testimonios y documentos custodiados”.
En 2003 el ANM comenzó a funcionar con un plantel pequeño en diversas oficinas y edificios gubernamentales.
La Armada, entonces, fue desalojando los edificios por tramos, y las últimas instituciones navales se retiraron en septiembre de 2007.
Con la recuperación de la ESMA, en el año 2007 el ANM instaló sus oficinas y dependencias en los edificios que había ocupado la Escuela de Guerra Naval, espacio donde funciona hasta la actualidad.
Asimismo, ha incorporado y capacitado personal para los distintos procesos involucrados en la gestión de su documentación.
Estas investigaciones, además, contribuyen tanto al proceso de Memoria, Verdad y Justicia como a la reparación de las víctimas del accionar represivo ilegal del Estado.
También se han realizado numerosas muestras y contenidos gráficos y audiovisuales a partir del acervo del ANM, con el fin de promover los derechos humanos, destinados a diversos públicos y con una proyección de carácter federal.
En gran parte este material fue utilizado para los juicios contra los represores de la última dictadura.
El decreto indica además que no se puede destruir información vinculada a la violación de derechos humanos, aún si el Archivo Nacional de la Memoria no la hubiera alcanzado, es decir que las fuerzas armadas y de seguridad no pueden destruir información vinculada a violaciones a los derechos humanos.
Una consulta al sistema recorre aproximadamente 5 millones de documentos y devuelve la respuesta en 6 o 7 segundos.
[14] Desde el 2001 se procesa toda esa información con el programa Excalibur, instrumento que indexa la información por patrones digitales y la recupera con búsquedas full text.