En la mañana, Guillermo Ayes Mejía, Supervisor Departamental de Educación Primaria, bajo órdenes del Jefe Militar, José Enrique Chinchilla, apareció con varios de sus alumnos exigiendo la desocupación del centro para poder dar clases[5].
Estos detenidos, fueron llevados al valle de Lepaguare, donde se les torturó e interrogó.
Los cuerpos fueron ocultados en distintos pozos, estos no fueron descubiertos hasta en años posteriores tras investigaciones del gobierno[1].
Varios empleados convocaron a una huelga en 1976, tomando instalaciones del Instituto, pero estos mismos fueron destituidos.
La AGAS exigió "purgar" al Instituto para expulsar a los Comunistas y pidió la unión del sector privado para defenderse contra la agresión[6].
El conflicto agrario siguió en los años siguientes, entre los terratenientes y las empresas asociativas de campesinos.
Al mismo tiempo, en Honduras surgía la figura del narcotraficante Ramón Matta Ballesteros, con fuertes conexiones a el Cártel de Guadalajara y otras organizaciones criminales[8].
Las fuerzas de seguridad y el Gobierno intentaron ocultar los hechos primero, pero eventualmente, gracias a investigaciones hechas por la prensa hondureña, se desencadenó un escándalo dando a conocer que varias figuras altas en el gobierno de Castro estaban involucradas con el narcotráfico[9].
En 1975, se creó el Comité Asesor para la Política Bananera, integrado por representantes del sector privado y los trabajadores agrícolas.
Este comité sugirió derogar las concesiones otorgadas a las compañías bananeras sobre las redes ferroviarias y de comunicación para traspasarlas al Sector Estatal.