Tuvo activa participación en las revoluciones y guerras civiles de su país, colaborando con los principales actores que respaldaban a la autoridad legítima del Perú independiente, como emisario y pacificador de la Sierra Central del país.
Allí coincidió con el Teniente Coronel Isidoro Suárez, comandante del mismo, José Andrés Rázuri, Ayudante Mayor y con el entonces Capitán Domingo Nieto, quienes se encontraban entre los mandos y oficiales de dicho escuadrón.
Esperando por órdenes en la entrada de una colina, el escuadrón pasaba inadvertido para la caballería realista.
A la orden del Teniente Coronel Suárez, el Teniente Cosme Pacheco y el escuadrón entero, cargaron contra la retaguardia de los realistas, quienes se encontraban dispersos a la carga frontal del resto de la caballería patriota, en desorden.
La embestida del Primer Escuadrón se originó por una falsa orden de carga contra la caballería realista, presuntamente dada por el General José de la Mar y comunicada por el Mayor Rázuri[6] al Teniente Coronel Suárez.
Esto animó el retorno a la refriega del grueso de la caballería patriota al mando del General Guillermo Miller, ocasionando una aplastante derrota realista[7] en los campos de Junín.
A pesar de la valerosa participación de muchos patriotas en ambas batalles, las que finalizaron el dominio español en el Perú y en Sudamérica, ni se buscó ni se tuvo inmediato reconocimiento.
[párrafos omitidos] Posteriormente, colaboró con el General Domingo Nieto en su labor de pacificador durante las revueltas político-militares que se sucedieron en el Perú entre los años 1830 y 1850.
Al parecer, desde sus campañas con los Húsares de Junín, Cosme Pacheco, como Teniente, habría formado una relación amical con el entonces Capitán Nieto, a cuyas órdenes había servido, según la cadena de comando.
Vuestra excelencia verá por esta rápida comunicación mi plan de defensa, que en toda su extensión no puedo comunicar a vuestra excelencia por la necesidad que hay de no confiarlo[sic] al papel hasta no tener comunicaciones seguras de vuestra excelencia.
El comandante Pacheco, de toda mi confianza, es quien lleva esta comunicación, y este activo y heroico soldado pondrá a vuestra excelencia informes verbales más extensos sobre todos estos acontecimientos.
Atendiendo al mérito y servicios del Teniente Coronel de Caballería D. Cosme Pacheco.
Usted, como nosotros, está también obligado por su parte a procurar la mantención del orden y tranquilidad, sin los cuales no habremos hecho más que sufrir sin reportar la única ventaja deseable: el bien real del Perú.