Al llegar Simón Bolívar, se le encomendó el reclutamiento y preparación del Regimiento de Húsares del Perú en 1824, con el que participó en la batalla de Junín, durante la cual, su escuadrón se mantuvo a la expectativa.
En principio, estos mensajes se referían a reclutar hombres para formar el ejército independentista.
Sabiendo San Martín que José Andrés Rázuri conocía los caminos y pueblos norteños, además de su pasión y vehemencia por la causa de la Libertad, lo designó para que llevara a cabo tan importante cometido.
Al iniciarse la batalla, su escuadrón se hallaba en la reserva, oculto en una quebrada, a la espera de las órdenes del alto mando.
Suárez ordenó entonces la carga contra la retaguardia realista, generando sorpresa, zozobra y desorden en las filas del ejército comandado por Canterac.
Terminada la batalla de Junín, el general La Mar mandó llamar a Rázuri y le dijo: «Debería usted ser fusilado; pero a usted se le debe la victoria de hoy día».
Sin embargo, en el parte de Guerra que hace Sucre, no consigna este hecho ni menciona al Sargento Mayor José Andrés Rázuri Esteves, el verdadero gestor de la victoria en Junín.
Revalorar la acción audaz y heroica de José Andrés Rázuri Esteves en un deber por cumplir.
Lograda la independencia del Perú, Rázuri permaneció en el ejército peruano y fue ascendido a capitán.
La gente veía en él, al héroe legendario que había peleado en mil batallas por causa de la independencia.
Los oficiales chilenos habían dado órdenes terminantes a sus soldados de no molestarlo.
Casimiro con voz grave les manifestó que su hermano había sido enterrado muy temprano.
Otra anécdota más Cuando José Andrés Rázuri, se quedaba en su casa, en la época de la ocupación chilena, existía el toque de queda, donde cada poblador, debía apagar su luces y pernoctar a puerta cerrada en sus hogares.