Como ya se ha señalado, las traviesas de madera son especialmente adecuadas para este propósito, dado que permiten volver a clavar sin problemas las sujeciones en su nueva posición.
Las traviesas de acero pueden tener preparadas zonas para colocar las sujeciones de ancho alternativo cuando se fabrican, y también pueden perforarse o soldarse para recolocar las sujeciones en caso contrario.
Por ejemplo, durante la conversión del Ferrocarril Melbourne-Adelaida en Australia, que se convirtió de 1600 mm (5' 3") a 1435 mm (4' 81/2"), se usaron traviesas preparadas para los dos anchos y una sujeción reversible para el clip Pandrol.
Cuando se pretende adaptar el material rodante a un ancho diferente, deben intercambiarse los bogies o los juegos de ruedas, lo que no suele ser económicamente viable si el material móvil no se diseñó en su momento para poder asumir este cambio.
Las máquinas con distancias entre ejes fijas son más difíciles de convertir.
En Australia, las locomotoras diésel se han transformado frecuentemente para operar en vías anchas, estándar y estrechas.
Por ejemplo, entre Seymour y Albury en Australia, algunas líneas secundarias (como la de Benalla a Oaklands) y algunas estaciones, como la de Violet Town, se han convertido en vías huérfanas.