Cuando se implantaron los primeros ferrocarriles, cada compañía eligió su propio ancho, pero con el paso del tiempo se hizo evidente la necesidad de adoptar un ancho unificado que facilitara el tránsito de los trenes entre las distintas líneas, y finalmente se impuso el denominado ancho estándar de 4 pies 8,5 plg (1435 mm).
Finalmente, en 1846 quedó prescrito el uso del ancho de vía escocés en Gran Bretaña.
Se trata de un ferrocarril parcialmente subterráneo que solía llevar enseres al castillo.
En la actualidad opera ocasionalmente, pero solo por razones de demostración, y no está abierto al público en general, aunque un pequeño tramo es visible en el puerto.
Aunque Tokio ha eliminado su red principal de tranvías urbanos, las siguientes líneas todavía usaban el ancho escocés en 2009: