Confucianismo

[3]​ Las doctrinas del confucianismo se centran en los valores humanos como la armonía familiar y social, la piedad filial (孝, Xiao), ren (仁, «bondad» o «humanidad») y Lǐ (禮 / 礼), que es un sistema de normas rituales que determina cómo debe actuar una persona para estar en armonía con la ley del Cielo.

[5]​ Otros influyentes filósofos confucianos clásicos incluyen a Mencio y Xun Zi, quienes estuvieron en desacuerdo sobre la naturaleza moral innata de los humanos.

Tras la breve dinastía Qin, su núcleo fundamental se ha mantenido intacto, excepto por posibles errores de transmisión e interpolaciones que solo afectan lo accidental.

Más vinculada con el propio Confucio sería la recopilación posterior que se publicaría por primera vez como tal en 1190.

El Señor de lo Alto (Shangdi), que es a veces mencionado, era algo más arcaico.

Si lo logra, tendrá conocimiento de sí mismo y de los deseos del Cielo, lo que le servirá para desarrollar su Li, que significa los ritos, las ceremonias, la rectitud y las buenas formas interiorizadas.

Si el hombre tiene Ren, podrá fácilmente practicar la justicia, los buenos principios, llamados Yi.

El término viene de las clasificaciones jerárquicas que denotaban a los nobles y caballeros.

Ellos son hombres vulgares que no se elevan a lo mejor de la humanidad.

En la fase en que el individuo en cuestión estaba agonizando había tres componentes a tener en cuenta: Cuando se acerca la muerte de un anciano, toda la familia debe reunirse.

Durante tres, cinco o siete días, dependiendo de la importancia social del difunto, se vela al muerto.

Posteriormente, los amigos se despiden por orden de intimidad, y más adelante los sirvientes.

Una vez hecho este acto, se dispone al fallecido en un ataúd compuesto con una madera aromática de la zona, luego se le dispone sobre unos caballetes o sobre una mesa con velas encendidas, pan, frutas y otros manjares.

Durante los siguientes 15 días, el féretro recibe la visita diaria por la noche de religiosos o sacerdotes que hacen sacrificios y ofrecen oraciones, traen muchos papeles pintados con dibujos de bienes que el muerto debe (o se desea) obtener en la otra vida, y los queman.

Se utilizan vestimentas de diferentes colores según la relación que tuvieran con el fallecido: blanco, negro, azul y verde.

Cuando llegan al sitio, se entierra el cadáver bajo tierra en un ataúd más elaborado y en vez de lápida, plantan un pino, de los cuales están llenos los cementerios, y nunca más lo tocan si o muere porque lo toman por algo sagrado.

Queman sobre la sepultura papeles donde están pintados, caballos, plata, oro, esclavos, etc., para que el difunto pueda disponer de ellos en la otra vida.

Tras la cremación del cuerpo, los miembros de la familia recogen los huesos con unos palillos y los sitúan en un columbario.

Ningún rito funerario está completo, si no se sitúa al ritualizado en su nueva posición post mortem como ancestro de la familia.

En los dichos de Confucio se encuentra a primera vista un carácter ético y moral que desarrolla en amplitud el autor; mas en lo profundo de esta doctrina está el aspecto metafísico.

El concepto li significa ceremonia que en su acepción común se entiende como buenos modales; «una eficacia para transformar las relaciones humanas» (Angus, 1989).

La ceremonia es el rito al que todos los ciudadanos asisten, y lo hacen para rendir homenaje a sus antepasados más cercanos, vg.

Estos están relacionados con enfermedades psicogenas, como trastornos de tipo histérico, que son causados por conflictos psicológicos, mayormente inconscientes, que a su vez están ligados al conflicto subjetivo, y éstos se remontan a los recuerdos de la infancia.

En estas relaciones se articula el culto a los muertos, pues es la manera de liberar o aliviar estos complejos del inconsciente.

O sea, denota la parte superior, lo más alto, lo que está arriba del hombre, su cabeza (cerebro).

La sentencia de Confucio «al estudiar lo de abajo, he llegado a comprender lo de arriba» se entiende aquí como agnihotra; es por una parte un ritual hindú por el que se ofrece un sacrificio al fuego; por otra parte es un fuego (como energía) interno que mediante la meditación se concentra en el vientre, y también por este mismo ejercicio sube y llega a la parte más alta del cuerpo.

En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es solo social, sino también moral.

Pero no pueden mantenerse iguales ya que sería perjudicial para el buen funcionamiento social.

La bondad natural humana, capital en las enseñanzas de Mencio, parte del mismo principio de que lo bueno se encuentra dentro del hombre y que debe ser descubierto usando la introspección.

Así, la rectificación de los nombres se transforma en una herramienta para corregir a la sociedad y evitar que sea engañada.

La llamada Campana de Confucio. (木鐸 mùduó) Campana de badajo de madera, utilizada como símbolo del confucianismo. El simbolismo se basa en las Analectas de Confucio, 3.24, donde se dice: 天將以夫子爲木鐸, "El cielo instruirá al maestro como una campana de madera (para despertar a todos al Camino)". Se hace una analogía entre el maestro (en la frase, el propio Confucio) que resuena con el orden del Cielo que lo inspira, y la campana, como si el Cielo fuera el badajo y el maestro la campana. La campana de madera también es un instrumento real que las antiguas administraciones chinas utilizaban para reunir a la gente, se utiliza para rituales y, por analogía, significa el propósito del confucianismo, es decir, predicar y educar a la gente en los valores correctos.
Templo confuciano en el lago del Loto, Kaohsiung ( Taiwán )
Estatua de Confucio en bronce