Chamanismo coreano

En el centro de la tradición se encuentran los especialistas en rituales, la mayoría de ellos mujeres, llamadas mudang (무당; 巫堂) o mu (무; 巫),[3]​ este último es sinónimo del chino wu, que define tanto a sacerdotes como a sacerdotisas.

Otro tipo es el sesŭp-mu de las regiones oriental y meridional, cuyos rituales implican mediumnidad espiritual pero no posesión.

Durante el período Joseon, las élites confucianas suprimieron a las mudang con impuestos y restricciones legales, pues consideraban que sus ritos eran inapropiados.

Desde finales del siglo XIX, los modernizadores, muchos de los cuales eran cristianos, caracterizaron el chamanismo coreano como misin (‘superstición’) y apoyaron su supresión.

La desaprobación de los chamanes, a los que se suele considerar charlatanes, sigue estando muy extendida en Corea del Sur, especialmente entre los cristianos.

En China, el chamanismo fue absorbido por el taoísmo hacia el siglo III d. C. mientras que en Japón quedó asimilado por el sintoísmo y budismo.

Sin embargo, en Corea, el chamanismo no perdió su identidad a pesar de la entrada del taoísmo y el budismo en la península.

El fin último del chamanismo consiste en satisfacer las necesidades prácticas de los humanos: recuperar la salud, tener descendencia o conseguir riqueza.

Normalmente, suele realizar sanaciones tanto a nivel físico, mental o espiritual, aunque todo depende del tipo de ritual al que se someta.

Aunque se trata de una práctica en su origen confuciana, ha incorporado muchos elementos del chamanismo coreano.

Mientras, en Corea del Sur, ha aparecido hace relativamente poco una religión conocida como Jeung San Do, que también incluye elementos budistas y chamanísticos.

La representación de un chamán en un ritual de gut en el retrato titulado Munyeo sinmu (en hangul , 무녀신무 ; en hanja , 巫女神舞 ), pintado por Shin Yun-bok durante la dinastía Joseon tardía (1805).