[5] "Cada uno de los seis conciertos establece un precedente en la escritura musical, y cada uno iba a permanecer sin parangón."Por tanto, la partitura completa queda sin utilizar en la biblioteca del Margrave hasta su muerte en 1734, cuando fue vendida por 24 groschen de plata.[7] En la época actual estas obras han sido interpretadas por orquestas en las que varios intérpretes ejecutan las partes de cuerda, bajo la batuta de Karl Richter y Herbert von Karajan entre otros.El primer movimiento también aparece como la sinfonía de la cantata Falsche Welt, dir trau ich nicht, BWV 52.La estructura temática se basa en un motivo de dos compases interpretado por el violín en la introducción y el contrapunto que origina la repetición del mismo por el oboe, así como diferentes combinaciones de estos motivos repartidas entre los solistas y el bajo continuo.[12] El Allegro assai suele describirse como una amalgama entre fuga y ritornello en el estilo propio del compositor.La influencia italiana del segundo concierto se mantiene en el tercero, aunque con un cambio importante en el dispositivo orquestal, pues Bach prescinde en esta ocasión de los instrumentos de viento para dar todo el protagonismo a las cuerdas.El Adagio únicamente consta de dos acordes, uno inicial y otro final, que forman una semicadencia frigia.[15] El primer movimiento se puede encontrar reelaborado como la sinfonía de la cantata Ich liebe den Höchsten von ganzem Gemüte, BWV 174 con la adición de dos oboes y dos trompas (corni da caccia).[3] También se cree que Bach lo escribió para una competición en Dresde con el compositor y organista francés Louis Marchand.[3][19] Existe una versión previa, catalogada como BWV 1050a y fechada c. 1720-1721, que cuenta con muchas pequeñas diferencias con respecto a su pariente posterior, pero no hay mayor diferencia en la estructura o la instrumentación.El sexto concierto presenta una instrumentación inusual sin violines, que podría parecer arcaica.Otras teorías especulan que, como la viola de gamba era típicamente interpretada por una clase social más baja como los sirvientes, la obra buscaba hacer añicos el statu quo musical otorgando un papel relevante a un instrumento considerado "menor".Las dos violas comienzan el primer movimiento con un enérgico tema en estrecho canon, y a medida que el movimiento avanza los demás instrumentos se extraen poco a poco del flujo aparentemente ininterrumpido de invención melódica que muestra la maestría del compositor en polifonía.En el último movimiento el espíritu de la giga subyace a todo, como lo hizo en el finale del quinto concierto.
Portada de la partitura autógrafa.
Dedicatoria en francés en la partitura autógrafa.
Christian Ludwig, dedicatario de la obra (1710,
Antoine Pesne
).