Por supuesto, Bach pudo haber tocado estas piezas mucho antes, usando las partes del concierto original para instrumento melódico solista y crear una versión adecuada para la interpretación en el clave.
En el manuscrito, en una forma tradicional en Bach, comienza con 'JJ' (Jesu Juva, 'Jesús, ayuda') y termina con "Finis.
[6] Los conciertos para clave de Bach hasta hace poco tiempo, solían ser subestimados por los estudiosos, que no tuvieron la oportunidad de escuchar a los beneficios que la interpretación historicista ha aportado a obras como estas.
[7] Por ejemplo, Albert Schweitzer cree que «las transcripciones a menudo han sido preparadas con una despreocupación y descuido casi increíbles.
Investigaciones recientes han demostrado todo lo contrario en realidad, Bach transcribió las partes solistas de clave con su típica habilidad y variedad.
[10] También se cree que Bach lo escribió para una competición en Dresde con el compositor y organista francés Louis Marchand.
[13] La transcripción para clave se llevó a cabo transfiriendo las partes de cuerda del ripieno sin alteración y aumentando considerablemente la parte solista para el clave para hacerlo tan virtuosístico como debió ser el original.
En el movimiento central, sin embargo, la mano izquierda duplica casi exactamente la parte del continuo de ripieno.
[14] Este concierto se ha mantenido como el más popular de la colección del siglo XIX en adelante.
[15] Su primera publicación tuvo lugar en 1838 y fue llevada a cabo por la casa editorial Kistner.
[18] En cuanto a consideraciones estilísticas puede datar de la época que pasó Bach en Leipzig.
Las partes para cuerdas más graves se reducen mucho en su alcance, permitiendo que la sonoridad grave del clave sea más prominente; y las cuerdas agudas fueron igualmente modificadas para permitir que el clave estuviese al frente de la textura.
[2][19] Probablemente basado en un concierto para oboe d'amore perdido,[22] esta es una obra madura y formalmente elaborada.
Este movimiento también es la sinfonía que introduce la cantata Ich steh mit einem Fuß im Grabe, BWV 156.
Al parecer Bach no estaba satisfecho con este trabajo, la razón más probable es que no alteró casi las partes de ripieno, por lo que el clave se vio demasiado inundado por la orquesta para ser un instrumento solista eficaz.
Bach pretendía escribir este como un concierto para clave, pero abandonó el esfuerzo después de solo nueve compases.
Algunos estudiosos modernos han construido un concierto para clave u oboe propuesto a partir de BWV 35.
[25] Este concierto es una transcripción para clave y cuerdas de un concierto en do menor perdido, del que se conserva un esbozo, tal vez para dos violines o violín y oboe, clasificados como BWV 1060R.
La orquesta de cuerda no desempeña un papel independiente y solo aparece para determinadas cadencias, guardando silencio durante el resto del concierto.
[29] No obstante, estudios más recientes han descartado esta posibilidad, acreditando otra tesis que afirma que la base para esta transcripción pudo ser un concierto perdido para violín, flauta y oboe.
Bach se sintió particularmente atraído por el esquema del concerto grosso italiano, que se caracteriza por la alternancia del tutti o ripieno de la orquesta con el concertino de los instrumentos solistas.
[29] Es particularmente interesante el segundo movimiento, que empieza y concluye con un ritmo con puntillo a la francesa.
De esta forma evitaba la nota mi5, con toda probabilidad inexistente en el teclado del clave que Bach tenía a su disposición.