Se decía que permanecía cuatro meses del año en su residencia, y el resto del año se la pasaba inaugurando obras de bien común, para luego viajar fuera de su curacazgo, por Lima, Huamanga, Huánuco y Huaraz.
Al inaugurar sus obras benéficas, se preocupaba por su sustentabilidad, por lo que donaba casonas y fincas como respaldo.
Al mismo tiempo, seguía adquiriendo más propiedades en diferentes lugares para el mantenimiento del alojamiento de su comitiva que la acompañaban durante largas estancias y duras travesías.
[1] Titu Cusi Yupangui se enamoró de Catalina, pero ella la rechazó, por ser polígamo e idólatra.
[11] Se ha intentado esclarecer, mediante la rigurosa investigación histórica, los hechos objetivos que subyacen en las leyendas de Catalina Huanca.
[8] Por su parte, Waldemar Espinoza Soriano, publicó un testamento de una tal Catalina Huanca Acopacha, que nació en Concepción de Achi, y que murió en 1653, la cual podría muy bien encajar en la personaje legendaria.
[13] Posteriormente, el profesor Aquilino Castro Vásquez publicó un libro en 2005, titulado Teresa Apoalaya, la muy poderosa señora Catalina Huanca, donde sostiene que Catalina Huanca fue el apodo de Teresa Apoalaya, hija del curaca de Hanan Huanca, Carlos Apoalaya (descendiente de Machu Apo Alaya).
[14]De acuerdo a la información recopilada por Castro, Teresa Apoalaya nació en Chupaca en 1675;[14] y tras la muerte de su padre asumió el cacicazgo hacia 1698, cuando todavía era muy joven.
Se menciona al nevado Runatullu, Apata, San Jerónimo de Tunán, etc.
En Lima se indicó como posible lugar el cerro de San Bartolomé, contiguo a El Agustino.
Sánchez Cerro llegó incluso a dar una resolución suprema (N.º 649) que declaraba el tesoro de propiedad del Estado Peruano pero la búsqueda, en la que se usó maquinaria, no dio ningún resultado.
[19][20]Apartado del poder en marzo de 1931, Sánchez Cerro regresó a la presidencia por vía constitucional a fines del mismo año y reanudó las excavaciones con la gran esperanza de poder hallar el tesoro para armar al país, que se hallaba en conflicto con Colombia, pero en abril de 1933 resultó asesinado.