Sus decisiones no eran del todo vinculantes y su autoridad estaba finalmente supeditada a la voluntad de las asambleas indígenas.Existía un método de autogobierno, en que el cacique jugaba un rol coyuntural como portavoz, moderador, o tomando decisiones sólo frente a situaciones apremiantes.El equívoco persistió entre los no especialistas, ya que se suele designar como caciques a los soberanos absolutos de imperios (nahuas, quechuas, taínos, etc.), del mismo modo que a los jefes o líderes de pequeñas poblaciones consideradas ‘sin Estado’, como por ejemplo los nambikuara.[cita requerida] En algunos países (por ejemplo Argentina) se usa muchas veces figurativa y peyorativamente la palabra «cacique» para aludir a quienes detentan el poder de «redes clientelares» aunque nada tengan que ver con los pueblos originarios de América.[cita requerida] El término cacique pasó a la península con un carácter peyorativo y el Diccionario de autoridades (1729) ya lo recoge.