Asesinato de Luis Miguel Sánchez Cerro

Hubo también otros disparos de procedencia desconocida que impactaron al auto del presidente, acabaron con la vida de un guardia civil e hirieron a otros efectivos militares, lo que hizo sospechar que hubo un complot detrás del atentado, aunque las investigaciones no llegaron a identificar a los supuestos cómplices del asesino.[1]​ Se esperaba que la vida del país se normalizara con la vuelta al cauce democrático, pero el rival de Sánchez Cerro en las elecciones, Víctor Raúl Haya de la Torre, líder del recién fundado partido aprista (entonces de tendencia antioligárquica y antiimperialista) no reconoció la victoria del sanchecerrismo y pasó a la más desaforada oposición.[4]​ Dentro del auto acompañaban al presidente: el primer ministro José Matías Manzanilla; el jefe de su Casa Militar, coronel Antonio Rodríguez Ramírez; y su edecán de servicio, mayor Eleazar Atencio.Al lado iba un escolta a caballo y lo seguía otro automóvil, donde iban los miembros de la Casa Militar.El vehículo avanzaba lentamente, en medio de la multitud, a pedido del mismo presidente, que quería evitar accidentes y atropellos.[4]​ En cuanto a Sánchez Cerro, fue llevado de emergencia al Hospital Italiano (que quedaba en la avenida Abancay, en el centro de Lima) donde fue atendido por los médicos Juan Luis Raffo, Abel Delgado y Teófilo Rocha.Se le aplicaron suero e inyecciones tónicas, pero tras dos horas de agonía falleció.[6]​[8]​ Se hizo cargo del proceso una corte marcial, presidida por el coronel Maximiliano Frías e integrada por los vocales: capitanes Humberto León Ravines, Manuel Marchena y Miguel San Román, y el teniente Pedro de la Torre Ugarte.[10]​ Se detuvo a 19 sospechosos relacionados con el Apra, todos de extracción humilde.Estos denunciaron durante el proceso haber sido sometidos a torturas para arrancárseles confesiones.[11]​ Uno de los encausados, Filomeno Sacco Espíritu, se suicidó en su celda manipulando cables eléctricos (al menos esa fue la versión oficial).[12]​ El fallo de la corte marcial identificó como único autor a Abelardo Mendoza Leyva.Ese mismo día, el Congreso Constituyente, por 81 votos sobre un total de 88 representantes presentes, eligió al general Óscar R. Benavides para que terminara el período presidencial de Sánchez Cerro, que debió haber culminado en 1936.Flores, el líder del urrismo y partidario de Sánchez Cerro, que entonces era congresista.Rodríguez pidió el desafuero de Flores, por desacato y calumnia, acusándolo de haber dicho durante un discurso partidario que el asesino se hallaba en Palacio, aludiendo inequívocamente al general Benavides.
Pistola semiautomática Browning modelo 1900, similar a la usada por Mendoza en el magnicido.
Fotografía de Abelardo Mendoza Leyva, el magnicida.
El general Óscar R. Benavides , que fue designado por el Congreso como el sucesor de Sánchez Cerro.