Se reintrodujo en la década de los 20's por Julio César Tello y difundido por Federico Gálvez Durand: pionero en impulsar la arqueología en el Mantaro.Según las evidencias encontradas, la vida humana en el Valle del Mantaro tiene por lo menos 10 mil años de antigüedad.Estos primeros pobladores, cazadores y recolectores, con el correr del tiempo experimentaron la domesticación de las plantas, es decir, descubrieron la agricultura.El Imperio wari, según parece, no estableció un control firme ni directo sobre las poblaciones del Mantaro, sino que se limitó a relaciones de reciprocidad y comercio.Conforme a la clasificación inicial del proyecto UMARP (Upper Mantaro Archaeological Research Project), este periodo corresponde a las fases Wanka I (1000-1350), caracterizado por una rudimentaria sociedad tribal, y Wanka II (1350-1460), caracterizado por el surgimiento de vastos asentamientos en tierras altas.Según el historiador Aquilino Castro Vásquez, se gestaron 5 jefaturas huancas: Tunanmarca, Marcavilca, Chongos, Llacsapallanga y Xauxa.La integración de los huancas al Imperio incaico dio inicio a la tercera fase propuesta por el UMARP: Wanka III.Estas entidades territoriales se conservaron aún después de la fractura del Incanato, hasta bien entrada la época virreinal.Su curaca principal fue recompensado con la entrega de una esposa inca noble, llamada Mullo Maca, por los servicios prestados al padre de esta, llamado Cayo Topa, militar incaico al servicio del inca Huayna Cápac que participó en las campañas bélicas del norte (actual Ecuador).Este cargaba con una fuerte connotación ritual que cumplía diversas funciones simbólicas como la renovación de los vínculos, la reconciliación y el culto a los antepasados.Estas ideas están particularmente encarnadas en el curaca huanca Jerónimo Guacrapaucar, quien se mostró obediente y colaborador ante los españoles.Tras sufrir una nueva derrota en la posterior batalla de Maraycalla, los atahualpistas se retiraron para intentar reorganizarse en Tarma, al norte.En 1533, los españoles inauguraron un nuevo Imperio incaico, vasallo de la Monarquía Hispánica, con Túpac Hualpa como primer gobernante.Vale la pena mencionar que, según otras versiones, fue Vicente de Valverde el destructor del ídolo huanca.Jerónimo Guagrapaucar, entusiasta, acordó con los demás curacas huancas la entrega de suministros y tropas a las fuerzas realistas.Las fuerzas sublevadas se hallaban cada vez más acorraladas debido a las continuas deserciones y reveses militares que el éxito en Chuquinga no pudo solventar.Jerónimo, al igual que otros curacas del Mantaro, asistió en persona a la batalla de Pucará.Sin embargo, otros testigos españoles reconocieron el decisivo e importante papel huanca en la derrota y captura del prófugo de Pucará.Don Jerónimo Guacrapaucar y Francisco Cusichac (gobernador de Atunxauxa) también aseveraron que fueron sus hombres quienes lograron capturar a Girón.Los curacas huancas usaron los quipus para calcular bienes y personal enviado a colaborar con los españoles, además de otros gastos.Los curacas huancas empezaron a "leer" los quipus que traían consigo ante la Real Audiencia de Lima, apoyados por intérpretes y escribas españoles.Tras ser desterrado de su tierra natal por la supuesta malversación de fondos, Felipe Guacrapaucar continuó obseso por garantizar el bien común ante los continuos conflictos contra encomenderos, funcionarios virreinales y nobles huancas rivales como Carlos Limaylla, a quien llegó a considerar como su acérrimo rival.Entre 1570 y 1575 se dio inicio a la Visita General, en la que una comitiva en representación del virrey Francisco de Toledo recogió informaciones sobre los territorios locales.También acontecieron nuevos pleitos, como los de la sucesión de Luringuanca durante la segunda mitad del siglo XVII, protagonizados por Bernandino Mangoguala Limaylla y don Jerónimo Lorenzo Limaylla; este último incluso usó como argumento ser descendiente directo del inca Pachacútec Inca Yupanqui.Otros nobles alcanzaron notable fama por cuestiones no políticas; tal fue el caso de Catalina Huanca y su mítico tesoro oculto.La configuración política no permaneció uniforme a lo largo del tiempo; en la fase Wanka II se habla indudablemente de una organización mucho menos sencilla (jefatura compleja).La arquitectura huanca se caracteriza por la construcción de recintos con mampostería rústica, muro doble, argamasa y planta circular.Se cree que estos recintos correspondieron con viviendas usadas únicamente como dormitorios en razón de su relativamente pequeño tamaño.Los huancas también construyeron centros mayores en las partes altas de los cerros, señalados como ciudadelas o "aldeas fortificadas" dada su magnitud y complejidad superior, cuya principal característica era su condición amurallada.Tanto las aldeas como las ciudadelas carecían de una planificación urbana compleja, sino que crecían y se adaptaban conforme las necesidades inmediatas.
Valle del Mantaro
. Aunque las crónicas aluden a que las jefaturas huancas comúnmente entablaban guerras por los recursos, la gran fertilidad del valle convierte esta posibilidad en muy improbable.
Colcas
de
Arhuaturo
. La enorme cantidad de estos depósitos en el valle indica una intensa actividad agrícola. La proporción de instrumentos agrarios documentada es vastamente superior a la de armas.
Huarihuilca
, de filiación
wari
. El hecho de que correspondió también con la huaca principal de los huancas lleva a plantear una posible relación de dominio religioso entre la población local del Mantaro y el
Imperio wari
durante el
Horizonte Medio
.