Este clérigo más tarde sería promovido a las sedes episcopales de Badajoz, Palencia y Burgos.
En 1508 se crea la figura del piloto mayor de las Indias, nombrando Fernando el Católico como primero con este cargo a Américo Vespucio.
Américo Vespucio fue sucedido más tarde por Juan Díaz de Solís y Sebastián Caboto.
[10] Ya en 1503 se estableció la existencia de un factor, un tesorero y un contador-escribano.
[12] A mediados del siglo XVI la Casa del Océano ―como le gustaba llamarla a Mártir de Anglería― era un organismo bien reglamentado, con capilla y cárcel propia.
En 1557 se nombró al primer presidente de la institución, Juan Suárez de Carvajal, pero solo estuvo un año en el cargo y tras su mandato el puesto no se volvió a cubrir hasta 1579.
Hubo períodos entre el siglo xvi y el xviii en los cuales se llegó a recibir 270 000 kg de plata y 40 000 kg de oro al año.
El tesorero no podía emplear esos fondos en pagar nada sin permiso del rey, con excepción de salarios librados en la Casa que debían provenir de la Hacienda Real.
Esta tuvo su sede en La Coruña, por su cercanía geográfica con Flandes, para la distribución en los mercados de Inglaterra, Francia, Alemania, Escocia, Dinamarca y Noruega.
[16] Ese mismo año Carlos I permitió que los puertos La Coruña, Bayona, Avilés, Laredo, Bilbao, San Sebastián, Cartagena y Málaga podían exportar productos a las Indias, aunque los barcos de regreso debían pasar por Sevilla.
En 1561 Felipe II ratificó a esos puertos su privilegio con la salvedad de que no podían transportar viajeros.
En 1600 el artillero mayor en Sevilla pasó a ser Andrés Muñoz "el Bueno".
[20] Cádiz era prácticamente una ciudad-isla, que entonces estaba demasiado poco desarrollada y, además, era extremadamente insegura por dar al mar.
Llegar a Sevilla en barco, sin embargo, era un recorrido a través del Guadalquivir y la ciudad podía guardarse mejor, y tenía mejores comunicaciones por tierra, además de ciertas infraestructuras.
[20] Sevilla, además, ya desde el siglo XIII era un foco comercial y financiero de gran importancia, que encauzaba los flujos mercantiles que venían del Norte de África, recibiendo parte del oro de Sudán que salía al Mediterráneo, comerciaba con plazas italianas y del Atlántico Norte y disponía de focos financieros que respaldaban ese comercio.
[21] Su primera sede fueron las Atarazanas Reales de Sevilla, pero como era un lugar expuesto a las arriadas y dañino para las mercancías, pronto fue trasladada a las dependencias del Real Alcázar, donde quedó instalada, al oeste del palacio de Pedro I, en la zona denominada de los Almirantes, local "sano y alegre", con buen patio y una puerta orientada hacia el río.
Tras la primera fase hubo una segunda, entre 1506 y 1515 donde se creó una segunda planta y se ampliaron las instalaciones hacia una zona que era conocida como cuarto de los Cuatro Palacios.
[22] En 1553 se amplió la superficie disponible comprando un edificio contiguo llamado Hospital de Santa Isabel.
Lo cierto es que, desde el comienzo, el edificio se quedó pequeño, y aunque la instalación completa tenía una extensión de 600 metros cuadrados, Américo Vespucio, cuando fue nombrado piloto mayor en 1508, tuvo que dar clases en su domicilio particular y cuando se creó en la institución la cátedra de Cosmografía tuvo que asignarse como aula la capilla.
Hasta entonces el cuarto del Almirante había albergado una institución de gran tradición histórica en la Andalucía bajomedieval: el Almirantazgo de Castilla y su Tribunal, establecido en Sevilla desde el siglo XIII, que tenía competencia jurisdiccional en asuntos marítimos.
Se realizaron excavaciones y obras de restauración del patio en 1992.
[24] A ambos lados del retablo se encuentran un arcón y una maqueta de un navío.
La Casa de la Contratación permaneció en el mismo lugar hasta que fue trasladada oficialmente a Cádiz en 1717.
En la segunda mitad del siglo XX la fachada principal y las estancias fueron derribadas, construyéndose otras de nueva planta.
[28] El historiador Luis Navarro García dice que los cambios en la Casa de Contratación tras su traslado:[28] La Casa estuvo en Cádiz durante 73 años, ya que en 1790 se suprime la institución.
En 1770 se concedió este mismo privilegio a Yucatán y Campeche.
[38] Según Ortiz de Zúñiga:[39] El consulado se trasladó a Cádiz en 1717.