En la actualidad, Arizona), actuando como una barrera natural contra las invasiones hacia las incipientes colonias españolas en el centro y sur de Sonora.
Una vez asentados los españoles en tierras ópatas, los pimas modificaron sus hábitos, y empezaron a saquear los nuevos pueblos.
Quien sería, a partir de ese momento, compañero del incansable Kino en sus correrías por toda la pimeria alta.
Contemplaron la isla del Tiburón, y los cerros del brazo de la Baja California, regresaron a dormir a las Ollas, donde les esperaban 20 nativos, al verles tan pobres y completamente desnudos, se les dieron algunas provisiones.
Antes de partir, Kino deja carne, pinole, bizcochos y harina, que debían guardar para una próxima visita.
Siguieron al poniente, y doce leguas adelante, ya anocheciendo, llegaron a Bacpia (Arivaipa).
Aquí contaron 50 personas, muy pobres, que se alimentaban solo de raíces, péchitas y algunas otras frutas.
Andando al sur, seis leguas, llegó a la ranchería de Unuicut, donde vivía el jefe principal Soba.
Le promete a Eusebio Francisco que no faltarán ocasiones de reunirse más adelante.
Quizá fue el aguijón de la sempiterna rivalidad entre los pueblos pimas, pues Salvatierra había prometido a Oquitoa un padre, allá por 1692.
En su jornada continuarían por Oquitoa, Pitiquito y hasta Caborca, a donde llegaron el 15 de abril.
En tanto, Mange y los padres Agustín de Campos y Fernando Bayerca, sacaron las cenizas del padre Saeta, a quien había incinerado el gobernador del bosna (como acostumbraba el pueblo pima hacer con los difuntos que tenían en más alta estima), enviado por Kino días antes, por encontrarle tan descompuesto por efecto del veneno y por el tiempo transcurrido hasta entonces.
[34] Los restos del padre que había conformado la misión de Caborca, fueron depositados en Cucurpe, con gran pompa y solemnidad.
Desperdigados, era difícil atrapar a los autores de la muerte del padre Saeta, por lo que el general Jironza, era del parecer de esperar un tiempo, y en un descuido atrapar y hacer castigo a los principales delincuentes.
La reunión fue en la ciénaga del Tupo, asamblea auspiciada por el mismo Kino, donde llegaron más de cincuenta hombres, pero apenas se había señalado a uno de los culpables, la muchedumbre, rodeada por la caballería, se alborotó y salieron corriendo por sus armas, pues las habían dejado en unos matorrales alejados.
Hasta la recién estrenada iglesia, que el padre Saeta había construido en Caborca, fue destruida violentamente por los mismos sobas, reduciéndola a cenizas con las densas llamas del fuego.
[37] A este poderoso contingente se le unieron aún, muchos guerreros sobaipuris, ópatas, seris e inclusive, yaquis.
Mucho había sido el progreso en la transformación de la original ranchería pima a una misión cristiana, con las sabias y cariñosas manos del padre Saeta.
Sin embargo, la revuelta recién sofocada, generaba dudas en la alta jerarquía jesuita sobre si debían continuar con la reducción de aquellos pueblos tan bárbaros, o enfocarse en otras zonas menos hostiles del país.
Será Kino, con su férrea voluntad, quien defenderá siempre a toda costa el buen cariz del pueblo pima, apoyado por los testimonios de la gente que convivió a su lado, como el general Juan Fernández de la Fuente.
El padre Barillas regresó por su equipaje a Arizpe, y en junio ya estaba de vuelta en la Concepción.
Entró la escuadra militar del presidio ante la señal de alarma, y sacaron al padre Gaspar.
El padre Gaspar de las Barillas, regresaría a Caborca hasta 1701, pero no duraría mucho.
Por aquí y por allá seguían apareciendo voces en contra de la reducción misional en la pimeria alta.
[41] Fueron recibidos por más de mil indígenas, con arcos y cruces puestas en los caminos, como ya era la costumbre.
Las conchas azules que tanto habrían de inducir la búsqueda del paso por tierra a California en Kino.
En la Relación de la Pimería Alta se queja: “¡Oh, santo Dios, y cuántas son las astucias del demonio!
Sedelmayer será probablemente, después de Kino, el misionero que mayor proactividad y tesón mostrará en sus viajes y actividades a través de la Pimería alta durante el tiempo que estuvo residiendo en Tubutama.
En 1790, se estableció en el lugar que actualmente ocupa, al margen derecho del Río Asunción.
En ganado de carne la principal producción son becerros que se exportan hasta los Estados Unidos.