El pueblo se alza a 382 metros sobre el nivel del mar y dista 106 kilómetros de la capital provincial.Como consecuencia de las dificultades para mantener la seguridad en un territorio recientemente reconquistado y poco poblado, los reyes castellanos del siglo XIII se vieron obligados a entregar tierras placentinas a nobles de su confianza.Los Almaraz y Monroy mantenían una fuerte enemistad que se agravó cuando ambos militaron en bandos opuestos de la primera guerra civil castellana (1351-1369) entre el rey Pedro I y su medio hermano Enrique de Trastámara, llegando a producirse homicidios en la disputa.El primogénito del matrimonio Monroy-Almaraz, Diego, murió en 1435 en Cádiz en combate contra los moros, y hubo de pasar el señorío a su hermano Álvaro, quien al formar parte del clero no tenía descendencia.Aunque Álvaro pretendió repartir las tierras pacíficamente entre sus hermanos Alonso y Rodrigo, los beneficiarios y sus descendientes acabaron manteniendo disputas a lo largo del siglo XV que afectaron gravemente a buena parte de Extremadura.Miles de extremeños emigraron hacia tierras americanas, entre ellos varios belvisos.Esto supuso el declive de la villa de Belvís, que pasó a ser gobernada desde Oropesa; no obstante, Beatriz de Monroy construyó en el siglo XVI el palacete junto al castillo belviso para usarlo como segunda residencia y dejó en Belvís varias obras piadosas, un hospital, un convento y un hospicio.[6] A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura.Hay dos formas de acceder desde la villa a la cercana Autovía del Suroeste: por su cruce con la CC-80 entre Millanes y Navalmoral o por una carretera local que sale al oeste de Belvís.[17] Entre sus monumentos cabe destacar: En Belvís de Monroy se celebran las siguientes fiestas: