Brich dem Hungrigen dein Brot, BWV 39

La estructura simétrica de siete movimientos es típica de esta colección, que empieza con una cita del Antiguo Testamento, alcanza el culmen con una cita central del Nuevo Testamento y concluye con un coral.

[7]​ Bach compuso esta obra durante su estancia como Thomaskantor en Leipzig para el primer domingo después de la Trinidad.

[8]​ El año anterior, Bach había tomado posesión del cargo de Thomaskantor en Leipzig.

[2]​ Bach había empezado a componer una cantata prácticamente para cada domingo y festivo del año litúrgico, un proyecto que Christoph Wolff describió como "una empresa artística de la mayor escala".

[10]​ El musicólogo Julian Mincham señala que "Bach aportó un significado personal a este día en particular y en consecuencia solicitó para desfilar una obra de considerable sustancia".

[11]​ Las lecturas establecidas para ese día eran de la primera epístola de Juan, "Dios es amor" (1 Juan 4:16-21), y del evangelio según San Lucas, la parábola del rico epulón y el pobre Lázaro (Lucas 16:19-31).

Mientras la primera cantata de Bach para esta mismo evento, Die Elenden sollen essen, BWV 75 (1723), se había concentrado en el contraste entre ricos y pobres y la segunda, O Ewigkeit, du Donnerwort, BWV 20 (1724), había reflexionado sobre el arrepentimiento; el tema de Brich dem Hungrigen dein Brot era ser agradecidos por los dones de Dios y compartirlos con los necesitados.

Ambas partes se abren con una cita bíblica, que no está tomada de las lecturas establecidas como en muchas otras cantatas.

El poeta cerró la cantata con la sexta estrofa del himno "Kommt, laßt euch den Herren lehren" escrito por David Denicke en 1648, que sintetiza las ideas.

[2]​[3]​[5]​ Las flautas dulces (flauti dolci) son una representación simbólica de la pobreza, la necesidad y la humildad.

El ritornello es simple y fluido, mientras que la línea vocal "tiene, a veces, la calidad de una canción folclórica".

Sinfonía inicial de la partitura autógrafa de Bach.
John Eliot Gardiner, 2007.