Astillero de Puerto Real

Un gran motor económico para toda la Bahía, el astillero intenta competir ante las grandes factorías asiáticas mediante la especialización en buques de mayor valor añadido.Cuando ésta recibió la adjudicación en 1861 del servicio postal con las Antillas, se trasladó su base a Cádiz dado que era el principal puerto de salida para los viajes marítimos transatlánticos.Además, para cumplir con los requerimientos y obligaciones contraídas con el estado, era necesario tener un gran control en el mantenimiento de los buques.El conjunto estaría realizado en piedra ostionera y cimentado sobre pilotes de madera debido a lo pantanoso del terreno.Tras diversas dificultades burocráticas creadas por la situación del astillero en terrenos militares, en 1881 se pudo contar finalmente con una factoría competitiva en el mundo de las reparaciones navales.Se sumaron muchos más edificios al dique, entre una gran diversidad de talleres, instalaciones para los operarios y oficinas.El astillero, que había continuado su negocio de reparaciones con cada vez mayor tráfico de barcos externos a la Compañía; volvió a ver ampliadas sus instalaciones, con una capilla y escuela-asilo para huérfanos, edificios que aún hoy existen.Con esta nave se inicia una carrera de construcción naval que continúa hasta la actualidad.Pese a esto, el astillero continuó con las reparaciones navales, actividades que le permitieron seguir adelante entre la incertidumbre económica y la omnipresente amenaza de cierre.Llegaron a realizarse cuarenta construcciones hasta 1914, aunque veintiséis de ellas no superaron las 100 toneladas, y un gran porcentaje fue encargado por la propia Compañía.Además, la situación comercial provocó la crisis en la Transatlántica, que seguía siendo el mayor cliente de la factoría.Además, la Naval perdió el alquiler de los arsenales militares y quedó reducida a las instalaciones civiles.En 1956, sin embargo, la situación mejoró notablemente con la Ley de Crédito Naval, haciendo recuperar la capacidad perdida a los astilleros españoles.Y dos meses más tarde, se anuncia que el dictador Franco ha muerto, dándose inicio a la transición hacia la democracia, que junto a la incertidumbre económica determinó el futuro del astillero hasta los años noventa.Poco a poco, la situación fue mejorando gracias a los diversos planes e iniciativas desarrollados durante los noventa, que dieron prioridad al avance tecnológico y la inversión en mejoras comerciales y de gestión.Posteriormente se traspasa también la rama civil a dicha empresa, y con ella, el astillero de Puerto Real.Durante esta etapa se sigue apostando por la mejora tecnológica y se intenta competir con los grandes astilleros asiáticos mediante la especialización en plataformas petrolíferas, material para la industria eólica off-shore y buques de mayor valor añadido, como los LNG o ciertos encargos militares; junto a los encargos convencionales.
Grabado del dique en sus primeros años
La capilla del astillero, con la estatua del marqués de Comillas delante, que fue construida durante el período de La Transatlántica .
Una de las dos grúas pórtico del dique seco construido durante de la ampliación de 1972
Vista del área histórica del astillero, siendo parte del dique original de 1878. Los dos barcos preservados son los vapores Matagorda y Torregorda utilizados en su día para trasladar a los trabajadores gaditanos al astillero. También se aprecia, a la derecha de la imagen, la grúa Zorroza de 1942.