Los buques de carga normalmente están diseñados específicamente para esta tarea, y están equipados con grúas u otros mecanismos que facilitan la carga y descarga.
Las evidencias históricas y arqueológicas muestran que esta práctica se comenzó a generalizar aproximadamente a principios del I milenio a. C. Se han hallado pruebas arqueológicas de que los fenicios desarrollaron un comercio marítimo en las costas del mar Mediterráneo, usando embarcaciones de tipo costero.
Los egipcios ejercieron un comercio fluvial a través del Nilo usando embarcaciones de papiro.
Desde mediados del siglo XIX se transformaron en buques mixtos de pasaje y carga, perfil que subsistió hasta mediados del siglo XX.
Hoy en día los buques de carga, o buques contenedores, tienen un perfil de diseño prácticamente uniforme, con la superestructura y los habitáculos a popa y una eslora considerable, no solo pudiendo transportar en sus bodegas internas sino también sobre su cubierta, apilando contenedores hasta la altura del puente de navegación.