Sublevación militar del 17 de julio de 1936 en Melilla

Un registro policial en el centro de la conspiración provocó que los golpistas adelantaran el golpe, y aunque este hecho no perturbó sus planes, a la larga este adelantamiento sí afectaría a otras partes de la conspiración.

La sublevación militar que daría lugar a la Guerra Civil Española empezaría en Melilla.

[3]​ Romerales desconocía la conspiración que desde hacía tiempo venían organizando algunos oficiales de la guarnición.

El presidente Casares Quiroga, que había sido informado de la reunión en el departamento cartográfico, había telefoneado a Romerales para que detuviera a los oficiales conspiradores.

Romerales, sin embargo, no estaba en condiciones de llevar a cabo aquella orden y permanecía indeciso.

[4]​ El coronel Seguí terminó por obligar al general a que se rindiera sin oponer resistencia.

Acto seguido, los oficiales sublevados declararon el estado de guerra y ocuparon todos los edificios públicos de Melilla en nombre del general Franco como comandante en jefe del Marruecos español.

En Melilla también fueron clausurados la Casa del Pueblo socialista y los demás centros de partidos del Frente Popular, deteniendo además a los dirigentes republicanos y de izquierdas.

[1]​ Aquella misma noche del 17 de julio, los sublevados ejecutaron a 189 civiles y militares.

Este ya se había declarado opuesto a la conspiración golpista y cuando tuvo noticia de lo sucedido en la ciudad siguió manteniéndose fiel al gobierno republicano.

Sobre el final de Leret no está claro, aunque parece que cuando hecho prisionero, inmediatamente sería fusilado «al amanecer del 18 de julio, semidesnudo y con un brazo roto», junto con los alféreces Armando González Corral y Luis Calvo Calavia.

Sáenz de Buruaga y Yagüe pasaron entonces a la acción, improvisando todo lo que estaba previsto para el día 18.

Vista de la parte histórica de Melilla .