Toma el adjetivo menor del concepto de literatura menor empleado por los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari, en referencia a la literatura del autor bohemio Franz Kafka.La primera en emplear el término arquitectura menor fue la arquitecta Jennifer Bloomer, la cual recogía bajo este concepto todas aquellas prácticas arquitectónicas que se guiaran por las tres características principales que distinguen a la literatura menor: desterritorialización, pérdida de lo individual en lo político y enunciación colectiva.Diferentes autores han empleado el término, la mayoría de ellos continuando la senda marcada por Bloomer, destacando entre ellos los también autores estadounidenses John Paul Ricco y Jill Stoner, o la arquitecta española Lucía Jalón Oyarzun, encargada de la traducción al castellano del libro Hacia una arquitectura menor (2018), gracias al cual el término toma impulso en el ámbito hispanohablante.[3] Es un término acuñado por Gilles Deleuze y Felix Guattari en su libro Kafka, por una literatura menor (1975).La literatura menor no enuncia sujetos individualizados y, para ello, también es preciso que el escritor lleve a cabo el mismo movimiento de desterritorialización con todo su proceso de escritura, desde su propia lengua hasta el lenguaje empleado, el cual se desarrollará de manera sucinta para enunciar su pobreza y soledad a pesar de estar inmerso en una colectividad que no lo acoge, lo rechaza: “Escribir como un perro que escarba su hoyo, una rata que hace su madriguera.[8] Le interesan los devenires y su labor literaria forma parte también de ese devenir donde su obra se vuelve un dispositivo, una máquina que funciona porque hace movimientos y éstos hablan dispuestos a encontrar su entrada en la colectividad.En esta primera aproximación del autor a las arquitecturas menores, las define como zonas intermedias, pasillos que nunca están completamente fuera de la arquitectura mayor, a pesar de que en su posterior desarrollo del término las enuncie lo menor como el Afuera arquitectónico.En su libro de 2002, The Logic of The Lure, el primer capítulo titulado Minor establece las bases teóricas de la arquitectura menor propuesta por Ricco, reformuladas con respecto a aquellas planteadas 10 años antes.En 2012 la arquitecta y profesora Jill Stoner publica Hacia una arquitectura menor, libro en el que mediante la eliminación de los cuatro grandes mitos de la arquitectura (dicotomía interior-exterior, la autonomía del objeto, la heroicidad del arquitecto y el binomio cultura-naturaleza), aboga por una práctica arquitectónica que nazca de la resistencia y del deseo colectivos.El libro se publicó traducido al castellano en 2018 por la también arquitecta Lucía Jalón Oyarzun.Stoner se apoya en la literatura y el pensamiento del siglo XX (Borges, Paul Klee, Walter Benjamin, Foucault, Agamben) con un discurso cuya expresividad y terminología se corresponden con aquellos iniciados por Bloomer hace tres décadas, pero que sirven como punto de apoyo desde el cual proponer una práctica que lidie con las ruinas del siglo XX.[18] En el desarrollo de las arquitecturas menores como anónimas, el enfoque de Stoner va más allá que Bloomer, poniendo en jaque la necesidad del arquitecto entendido como titulación académica.El valor de estos procesos emergentes radica en lo que el filósofo francés Jean Baudrillard reconoce como respuesta frente lo extremadamente banal, inmanente a un mundo saturado por los modos de producción y consumo capitalistas.Tan es así, que la capacidad de emerger expuesta por John Paul Ricco en referencia a los “espacios itinerantes” se relaciona con los espacios intersticiales, intermitentes, nómadas e improbablemente situados que Georges Didi-Huberman describe como posibilidad de potencia para dar cabida a los resplandores inesperados que suponen la supervivencia de las luciérnagas.En este sentido, el espacio arquitectónico menor posibilita el emerger de una política de reterritorialización organizada en base a aquello que no ha desaparecido completamente y, sobre todo, en aquello que aparece pese a todo.Así como la cronofotografía es la fotografía del movimiento, es decir que su significancia está en el cambio, las arquitecturas menores se fundamentan en su continuo proceso de resignificación de la “obra arquitectónica”, en sus inmanentes dinámicas y mutaciones, determinados y permitidos a la vez por sus propios efectos que siempre tendrán algo de inacabado, incompleto e imperfecto.Las arquitecturas menores operan en cuanto a esta memoria del lugar, tendiendo a una obra arquitectónica como vinculación de “cuerpo, materia y resultado”,[32] tal como Jean Luc Nancy ensaya en “El Intruso” abordando posiciones alternativas en cuestiones de inmunidad, al tomar en consideración su propio cuerpo como el elemento resignificado.Ida Sandström, en su tesis doctoral Toward a minor Urbanism: Thinking Community without Unity in Recent Makings of Public Space,[34] parte del interrogante sobre cómo planificar y diseñar para la comunidad en diversas situaciones urbanas, concibiendo el espacio público como un vehículo para fomentar la apertura hacia las diferencias, tanto en la práctica como en la teoría.En este trabajo, analiza dos proyectos de espacio público: Superkilen en Copenhague, Dinamarca, y Jubileumsparken en Gotemburgo, Suecia, que junto con conceptualizaciones teóricas referentes a lo menor y al espacio público, pretende encontrar respuestas o estrategias sobre cómo pensar e intervenir en una comunidad abierta a la diferencia o diversidades.Son reconocidos sus gráficos tridimensionales, aún hoy utilizados como base para la comprensión de la relación entre tiempos cortos y espacio.Desde el Flâneur de Walter Benjamin, hacia el dériviste de los situacionistas, los traceurs interpretan la ciudad no tan como representación reflexiva, sino como su promulgación transduccional: evidencian sus relaciones socioespaciales.En este contexto, el parkour se convierte en urban hacking, una forma de apropiarse de la arquitectura y sus accesorios para propósitos que el diseño original no sancionó ni anticipó.En The Catalogue, los compradores son etiquetados, rastreados y monitoreados a medida que avanzan en sus rutinas.El urbanismo menor es un vehículo conceptual para comprender los complejos ensamblajes de actores, prácticas y situaciones creadas por la ubicomp del mundo real.
El estilo de escritura de James Joyce en Finnegans Wake, lleno de redundancias sonoras, es una fuerte inspiración en los escritos de Bloomer
Flora on sand
, obra de 1927, Paul Klee. Stoner ve en los cuadros de Klee líneas que crean espacio en lugar de ocuparlo; expresan potencia.
Playgrounds
de Aldo Van Eyck. Para Oyarzun, estos lugares de juego están cargados de potencia disposicional esperando el
punto de vista corporal
de los jugadores.
"Exposición del Documento de Avance del PGMO de San Fernando". Casa Palacio Lazaga, San Fernando. Cádiz. Mayo, 2002.
Cronofotografía del vuelo de un pelícano por
Étienne Jules Marey
.
Marcel Duchamp
reconoce que se trataba de capturar el movimiento mediante fotografías repetidas.