La cronofotografía es una antigua técnica fotográfica de la época victoriana que captura e imprime el movimiento en varios fotogramas.
Las mejoras en la sensibilidad de las emulsiones fotográficas permitieron que la cronofotografía se convirtiera en una realidad.
Los disparadores estaban conectados a una serie de cables que activarían el mecanismo en cuanto pasase el caballo galopando en un fondo blanco.
El físico Étienne-Jules Marey comenzó a utilizar la técnica para estudiar más de cerca el movimiento, el vuelo y el ejercicio.
[3] Georges Demeny, asistente de Marey, desarrolló más aplicaciones para la reproducción del movimiento, creando un simple proyector llamado estroboscopio.
[3] Anschütz llevó este concepto mucho más lejos, desarrollando cronofotógrafos para utilizarlos, junto a los proyectores, como entretenimiento.
[3] Los inventos cronofotográficos posteriores a los de estos inventores (Muybridge, Demeny y Anschütz) asentaron las bases sobre las que, más tarde, se crearía el cine.
Presionando el gatillo de la "pistola", el mecanismo se pone en marcha y los discos comienzan a girar.
Cuando se imprimieron las imágenes, el resultado fue el mismo que en el proceso de tomar las fotografías por separado.
Podemos ver la cronofotografía actual en España ejemplificada en Xavi Bou, un fotógrafo y geólogo que ha realizado la serie «Ornitographies», un neologismo derivado de «pájaro» y «escritura», centrada en visibilizar poéticamente el invisible trayecto del vuelo de los pájaros.
Basándose en su experiencia Étienne Jules Marey ideó un innovador procedimiento al que denominó cronofotografía.
Para lograr este propósito, afirma que los primeros intentos se realizaron con una cámara réflex y tiempos de obturación lentos, pero el resultado fue un rastro borroso de movimiento en el que no se podía ver detalles del ave.
Al principio realizó las fotografías empleando el disparo en ráfaga, superponiendo posteriormente las imágenes mediante numerosas capas en el proceso de edición con Photoshop.
Sin embargo, la baja resolución que por aquel entonces permitía este modo, le llevó a alquilar cámaras profesionales empleadas habitualmente para cine, como la Sony F27, la PXW-FS5 o la Blackmagic Ursa Mini 4K.