Heráclito hizo esta observación con la famosa frase "Ningún hombre jamás pisa dos veces el mismo río".
Plutarco (De animae procreatione, 5 p. 1014 A) escribió sobre Heráclito: Este orden universal, que es el mismo para todos, no ha sido creado por ningún dios u hombre, pero siempre ha sido, es y será un fuego eterno, encendiéndose por medidas regulares y saliendo por medidas regulares.
Según la tradición,[3] Heráclito escribió un tratado sobre la naturaleza llamado "Περὶ φύσεως" ("Perì phýseōs"), "Acerca de la naturaleza", en el que aparece el famoso aforismo πάντα ῥεῖ (panta rhei) traducido literalmente como "todos los flujos [como un río]", o figurativamente como "todo fluye, nada se detiene".
Estos conceptos falsos son los errores necesarios que la conciencia y el lenguaje emplean para interpretar el caos del estado de devenir.
Al postular el ser como la realidad subyacente del mundo, construyeron un "más allá" cómodo y tranquilizador donde se olvidó el horror del proceso de devenir y las abstracciones vacías de la razón aparecieron como entidades eternas.