Antimicrobiano
[1] Los medicamentos antimicrobianos se pueden agrupar de acuerdo con los microorganismos contra los que actúan principalmente.Las principales clases de agentes antimicrobianos son los desinfectantes ("antimicrobianos no selectivos", como el blanqueador), que matan una amplia gama de microbios en superficies no vivas para prevenir la propagación de enfermedades, antisépticos (que se aplican al tejido vivo y ayudan a reducir la infección durante cirugía) y antibióticos (que destruyen los microorganismos dentro del cuerpo).El término "antibiótico" originalmente describía solo aquellas formulaciones derivadas de microorganismos vivos, pero ahora también se aplica a los antimicrobianos sintéticos, como las sulfonamidas o fluoroquinolonas.En respuesta, nuevos avances en tecnologías antimicrobianas han dado como resultado soluciones que pueden ir más allá de la simple inhibición del crecimiento microbiano.En cambio, se han desarrollado ciertos tipos de medios porosos para matar microbios en contacto.[2] Se sabe que el uso de antimicrobianos ha sido una práctica común durante al menos 2000 años.Fleming y sus asociados lucharon por aislar el antimicrobiano, pero hicieron referencia a sus beneficios terapéuticos en el British Journal of Experimental Pathology de 1929.La toxicidad del fármaco para humanos y otros animales por antibacterianos generalmente se considera baja.El consumo de probióticos y una alimentación razonable pueden ayudar a reemplazar la flora intestinal destruida.[7][8] El descubrimiento, desarrollo y uso de antibacterianos durante el siglo XX ha reducido la mortalidad por infecciones bacterianas.Algunos de estos efectos secundarios pueden poner en peligro la vida si el medicamento no se usa adecuadamente.Algunas pinturas también se fabrican con un agente antifúngico adicional para su uso en áreas de alta humedad, como baños o cocinas.La hepatitis viral es causada por cinco virus hepatotrópicos (EA) no relacionados y puede tratarse con medicamentos antivirales dependiendo del tipo de infección.Otros cationes de metales pesados como Hg 2+ y Pb 2+ tienen actividades antimicrobianas, pero pueden ser tóxicos.[13] Se afirma que muchos aceites esenciales incluidos en las farmacopeas herbales poseen actividad antimicrobiana, y los aceites de laurel, canela, clavo y tomillo son los más potentes en estudios con patógenos bacterianos transmitidos por los alimentos.Por lo tanto, los productos destinados a la salud pública se encuentran bajo este sistema de monitoreo, los que se usan para el agua potable, piscinas, saneamiento de alimentos y otras superficies ambientales.Estos productos pesticidas están registrados bajo la premisa de que, cuando se usan adecuadamente, no demuestran efectos secundarios irrazonables para los humanos o el medio ambiente.Por ejemplo, los frascos utilizados para almacenar conservas como la mermelada se pueden esterilizar calentándolos en un horno convencional.El calor también se usa en la pasteurización, un método para frenar el deterioro de alimentos como la leche, el queso, los jugos, los vinos y el vinagre.