El Anillo Único es un objeto ficticio perteneciente al legendarium del escritor británico J. R. R. Tolkien.
Este anillo representa el poder del Señor Oscuro Sauron, un maiar que se convirtió en el lugarteniente del primer «Señor Oscuro», Morgoth, durante los Días Antiguos de la Tierra Media.
Puede salirse de un dedo en el momento oportuno (como le ocurrió a Isildur) o introducirse en un dedo si lo considera oportuno (como le ocurrió a Bilbo en el Hobbit), puede perderse o hacerse encontrar cuando lo desea.
[6][5] Su portador podía leer la mente de quienes usaban los anillos menores, controlarlos y esclavizarlos por completo.
[6] Y así ocurrió con los nueve anillos de los hombres, que acabaron convertidos en Espectros.
[4] Provocaba el irresistible deseo de poseerlo a cualquiera que lo portara, dominándolo.
Esto es lo que le ocurrió al hobbit Sméagol, convertido en la criatura Gollum por la acción del anillo durante 500 años, y esto también lo hizo con Bilbo, que teniendo ciento once años no tenía la apariencia correspondiente a su edad.
Al final de la trilogía esa influencia se desvanece y recupera la apariencia normal para su edad.
La principal debilidad de crear el anillo era que si alguien lo suficientemente fuerte lo portase entonces podría vencer a Sauron adueñándose de sus conocimientos y poderes, aunque en último término no haría otra cosa que ocupar su lugar.
Al darse cuenta de que había sido descubierto montó en cólera pero los elfos consiguieron huir salvando los tres anillos más poderosos.
[5] Pero Isildur, ignorando su verdadero poder, lo retuvo como remuneración por la muerte de su padre Elendil y su hermano Anárion en la guerra.
El anillo respondía a los pensamientos de su Amo y necesitaba hacerse encontrar.
Fue expulsado de su aldea y se refugió finalmente bajo las Montañas Nubladas, junto con el anillo.
Sin embargo, en el espíritu, se sentía cansado, "(...) estirado, como mantequilla untada sobre demasiado pan".
Pero Sauron ya sabía del paradero del anillo, pues Gollum, desesperado por no tener el Anillo y lleno de odio por Bilbo y los hobbits, salió de las Montañas en su busca.
Frodo fue confirmado como Portador, pues era el que parecía más inmune (aunque no completamente) al anillo.
Esto era así porque el anillo actuaba acrecentando las tentaciones y deseos ocultos de sus poseedores.
Gandalf temía llevarlo consigo, mucho más usarlo, pues sabía en qué clase de oscuro señor se convertiría si era dominado por la maldad del anillo.
En el Concilio se había opuesto a su destrucción, pretendiendo usarlo en beneficio de Gondor y los pueblos libres.
Ella reconoce el peligro de tal ofrecimiento y duda, viéndose a sí misma omnipotente.
Conforme se acercaban a la Tierra Tenebrosa y al lugar donde fue forjado, Frodo lo sentía cada vez más como una pesada carga alrededor de su cuello, donde lo llevaba en una cadena.
En ese momento, al sentir el poder y la presencia del anillo, Sauron comprendió que su destino pendía de un hilo: hasta ese momento había estado concentrado en los enemigos fuera de Mordor, pero sin que se diera cuenta, dos insignificantes hobbits habían penetrado hasta el corazón mismo de su reino y ahora tenían a su tan anhelado anillo al borde del abismo de fuego, listo para ser destruido.
Sauron desaparece como una nube de maldad, y nunca más vuelve a tener forma en el mundo.
[18] Lynn Forest-Hill de la Tolkien Society expresó su satisfacción por haber encontrado una posible fuente material del Anillo Único descrito en las novelas de Tolkien, afirmando que todas las fuentes anteriormente citadas eran literarias, como Der Ring des Nibelungen, o legendarias, como el Andvarinaut.