[1] Fue bautizado en la casa de su abuela materna, la italiana Donna Vittoria Ruspoli, de los príncipes de Poggio Suasa, el Palacio Ruspoli, en la Vía del Corso, 418, por el Cardenal Eugenio Pacelli (después papa Pío XII), siendo sus padrinos su abuelo paterno, Alfonso XIII y su abuela materna, Victoria Ruspoli.
Sus padres se separaron muy pronto, y el infante Jaime se volvió a casar, esta vez con una cantante de cabaret prusiana, divorciada y madre de una hija, Charlotte Luise Auguste Tiedemann (1919-1979); mientras tanto, doña Emanuela se casó con un banquero milanés, Antonio Sozzani (1918-2007).
Alfonso, que hasta los 17 años no hablaba el español y solamente entendía italiano y francés, contrató a un profesor particular que le dio clases de español en el internado donde vivía.
En 1954, tras el permiso del general Franco, los hermanos marcharon a España.
[4] Alfonso comentó posteriormente que, comparado con Italia y Francia, España le pareció un país muy pobre.
Después continuó cursando estudios en Valladolid y en la Universidad CEU San Pablo de Madrid.
En plena carrera universitaria, pudo cumplir el servicio militar en el Colegio Militar de Valladolid, y como anécdota, cierto general de dicho colegio protestó esa inscripción del joven Alfonso, aduciendo que era italiano y debía volver al país de su nacimiento, Italia.
Fue allí donde se encontró con su futura esposa, María del Carmen Martínez-Bordiú y Franco.
Entre otros cargos, fue presidente del Instituto de Cultura Hispánica (actual AECID), realizando varios viajes oficiales por Latinoamérica.
Para asistir a este acontecimiento, llegó a Madrid el padre de Alfonso, Jaime de Borbón y Battenberg, por primera vez en cuarenta años desde su salida al exilio y rompió a llorar, según cuenta su otro hijo, Gonzalo, quien lo recibió en el Aeropuerto de Barajas.
El duque de Cádiz y su hermano pudieron llegar a tiempo al hospital suizo donde se encontraba internado su padre, que aún estaba consciente; este luego cayó en coma y murió pocos días después.
Ese mismo año, fallece su abuela materna, Donna Vittoria Emilia Ipsicratea Agricola, Ruspoli di Poggio Suasa.
En el automóvil viajaba también su hijo menor, Luis Alfonso, y la institutriz de los niños, Manuela Sánchez Prat.
En 1988 fallece en Madrid la que fuera su abuela política, María del Carmen Polo y Martínez-Valdés.
Ambas situaciones se justificaron en un informe publicado en el siguiente artículo.
El extraño suceso de su fallecimiento derivó en un fuerte debate que continúa hoy en día acerca de si fue intencionado o un simple descuido del operario Daniel Conway que debía haber colocado una señal de aviso, y que desaparecería en los siguientes días al suceso.
Sin embargo, estas pretensiones jamás han obtenido ningún reconocimiento ni validez oficial.