Con este fin, sus estudiosos islámicos (ulemas) emiten edictos (fetuas) sobre diversos litigios de todo el mundo islámico sunita en relación con la conducta adecuada que deben observar los individuos o las sociedades musulmanas (un ejemplo reciente es la aclaración y, por tanto, la prohibición de la mutilación genital femenina).En su concepción original era una mezquita que ordenó construir el comandante Fatimí Chauhar al-Siqilí, siguiendo el dictamen del Califa e Imam Ma'ad al-Mu'izz li-Din Il-lah, al fundar la ciudad de El Cairo.Muchos fueron quemados, arrojados al Nilo o llevados a un vertedero, cubiertos de arena [...].Las cifras referidas a cuántos libros sufrieron este destino varían entre los 120.000 y los 2.000.000”[12].Abd el-Latif daba lecturas de medicina islámica en al-Azhar, mientras que el filósofo judío Maimonides, según cuenta la leyenda, dio lecturas sobre medicina y astronomía en esta época, pero no hay pruebas históricas concluyentes que nos permitan corroborar esto.Saladino introdujo en Egipto el sistema de universidades, que adoptó la propia al-Azhar.Bajo este sistema, la universidad era una institución separada de la mezquita, con clases, dormitorios y biblioteca propios.En 1340, se construyó un edificio más para que funcionara como universidad, fuera de la mezquita.Asimismo, a finales del siglo XIV, hubo una renovación de los edificios y se construyeron nuevas residencias para los estudiantes.En el año 1748, el pachá otomano intentó que al-Azhar añadiera a sus asignaturas las matemáticas, sin éxito alguno.A pesar de que no había burocracia, la enseñanza era rigurosa y larga.Cada riwaq era supervisada por un profesor, mientras que un rector, normalmente una especie de catedrático, vigilaba las finanzas.La llegada del siglo XIX y el inicio de la modernidad en el mundo árabo-islámico trajeron consigo numerosos cambios que afectaron a al-Azhar, así como al país.Ese nuevo Estado en formación imprime una serie de cambios en la institución religiosa, a la que pretende someter, entre ellos[3]: Todas estas medidas configuran un nuevo orden en al-Azhar, tendente a introducir una jerarquía y una burocracia inexistente hasta entonces y que, en definitiva, hace a la institución mucho menos independiente de lo que tradicionalmente había sido.Estas reformas tuvieron su repercusión en al-Azhar, que era quien tradicionalmente había ostentado las labores de magistratura.La controversia generada por las reformas judiciales da lugar a una serie de leyes determinantes que sustituyen progresivamente la sharia por códigos basados en el derecho positivo occidental y los Tribunales Sar’iyya por Tribunales secularizados.[3] A partir de entonces, se inaugura un periodo marcado por las disputas políticas surgidas entre los nacionalistas y el rey, quien se apoya en partidos minoritarios y en al-Azhar, comprometida con la monarquía pues su financiación depende de ella.Desde los sectores monárquicos egipcios se trató de restaurar el califato en la persona del rey Faud I.Por un lado, su fundador, Hassan al-Banna, es especialmente crítico con los ulemas que cree no supieron adaptarse a los nuevos tiempos y persistieron en métodos de enseñanza anacrónicos.Figuras como el Sayj al-Azhar al-Maraghi también tiene un acercamiento con esta asociación, que le permitirá presionar en favor de su reelección en 1935.[3] Junto a este, otra figura azharí, Ahmad Hasan al-Bakri, se muestra afín al ideario de los Hermanos Musulmanes.Al menos cinco jeques pasan por el cargo del Sayj al-Azhar en cinco años, lo que lleva al Consejo de Ministros a solicitar que el cargo sea elegido por el Consejo de Grandes Ulemas.Entre las reformas, cuatro aspectos son clave para comprender cómo afecta la reforma legislativa a las instituciones religiosas[3]: Durante la década de los 70 se inicia en todo el mundo árabo-islámico un fenómeno que se conoce como “el despertar islámico” o “re-islamización” de las sociedades del sur del Mediterráneo, con especial atención a la aparición de los grupos islamistas radicales.[3] Se decidió utilizar el término islamismo para designar a pensadores y a grupos cuyos postulados, ideología o reivindicaciones se articulan desde la base del islam como principio organizador y como fuente de legitimidad a través de la cual se cuestionan la legitimidad del poder político que, a su vez, también se apropia del lenguaje del islam con el mismo fin[3].El primer organismo tiene vocación académica y cultural que se prolonga fuera de Egipto para estrechar lazos con otros países islámicos y difundir el islam en el mundo, y el segundo se ocupará de la administración de todo lo referente a las misiones islámicas que al-Azhar envía al extranjero.[21]En la época de los otomanos, el decano hanafí llegó a ocupar un cargo como primus inter pares.[24][25] Posteriormente, se produjeron disputas entre los intelectuales modernistas y los tradicionalistas dentro de al-Azhar.[26] Al-Azhar mantiene ahora una postura que aboga por la "Wasatiyya" (centrismo), una reacción contra el textualismo extremo de los ideólogos salafíes.